Capítulo uno ( II )

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El profesor de arte entró a la clase. Él era un señor de unos 30 años que amaba lo que enseñaba. Era mi profesor favorito, aunque su materia era muy teórica. Al terminar la clase de Arte, me acerqué a Arioth y le sonreí. Él me miro como si un bicho me hubiera picado y me preguntó si tenía fiebre o algo así. Amé ver sus ojos preocupados. Me arrastró hasta la enfermería y en verdad si estaba enferma. Según la enfermera, tenía gripe. Nada grave, aunque tenía mucha fiebre.

- Megan cuando le enfermera termine contigo, vamos a clase de sociales juntos. Me da miedo que te vayas a desmayar.

- ¡Oh mi dios! ¿Te estas preocupando por mí? ¿No será que estas enamorándote mi querido Arioth? - le guiñe un ojo y le bese la mejilla. Él me miro con frustración y se sonrojó levemente. ¡Pero se sonrojó! Supongo que causo algún efecto en él. Sentía como las avispas en mi estómago revoleteaban. Ser atrevida y dulce era la clave para llegar a él.

- ¡Cállate! Que si por mi fuera te dejaría en medio del pasillo enferma. Que sepas que solo has sido mi obra de caridad del día.

-No te preocupes Arioth. Eso me quedo muy claro mi capitán. - le dije haciendo un saludo que se hacía en el ejército.

- Ya bueno soldado, andando. Que ya vamos a llegar tarde. - dijo bromeando y ayudándome a bajar de la camilla. Corrimos, bueno el corrió y me arrastró consigo. Llegamos solo diez minutos tarde, pero por nuestra suerte la profesora aún no había llegado.

La profesora entró y comenzó a explicar un nuevo proyecto que teníamos que hacer para final de ciclo. Dijo que se tenía que hacer en un grupo de cuatro. Y que el primer avance era para la próxima semana.

− Chicos yo seré quien elija los líderes de cada grupo y ellos elegirán a un integrante cada uno. Hamilton con Easton, Boone con Stalin, Scott con Tanner, - la profesora siguió mencionando los nombres. Mientras tanto yo con Arioth elegimos a Hannah y Dylan. - Chicos el proyecto consiste en ir a un orfanato local y hacer el seguimiento de cuatro pequeños, dos mujeres y dos hombres. Las edades de ellos deben ser de cinco años hasta los quince años. Una sugerencia es que elijan a dos adolescentes y a dos infantes. Bueno para la próxima semana quiero que me traigan la ficha técnica de cada uno de sus elegidos. Y como estamos en Sociales, necesito que protejan a sus chicos ¿vale? Eso es todo, reúnanse con sus compañeros y coordinen en lo queda de la clase.

El proyecto en sí entusiasmaba a todos, pero a mí me causaba mucha nostalgia. Una época de mi vida me la pasaba en los orfanatos de Francia intentado de encontrar a mis hermanos, pero nunca los hallé.

Con los chicos nos pusimos de acuerdo en ir en el sábado en la mañana al orfanato del pueblo vecino que estaba a unos cincuenta minutos de camino. Las clases transcurrieron rápido y en un abrir y cerrar de ojos ya había llegado el viernes.

− Megan voy a preparar una ensalada o quieres que haga otra cosa. - pregunto Hannah desde la cocina.

− No, si está bien la ensalada, pero hay que ponerle frutos secos. ¡Mph...también pasas y queso! - agarré mi chaqueta y busqué mis llaves para poder ir al súper a comprar los ingredientes que faltaban.

− ¿A dónde vas Megan? - A comprar Han, ¿quieres que te traiga algo? - Sí, necesito aliños y aceituna, atún y pop corn. Gracias, pero ve rápido en las noticias ha salido que va a ver una tormenta.

Corriendosalí del departamento y busqué mi auto en el estacionamiento. Era undescapotable rojo, el carro de mis sueños. Mi padre me sobornó con eso para queme vaya a la universidad y no me quedé en Francia buscando a mis hermanos. En parteme fui de Francia porque quería olvidarme de ellos y tratar de comenzar mivida. Seguir mis sueños propios y egoístas. Pero yo no era egoísta, por esocada vez que trataba de olvidarlos me dolía. Y recordarlos a menudo dolía más.Manejando y viendo la luna llena llegué al súper. Fui a la sección de golosinasy compré palomitas y algunos chicles. De ahí fui a los lácteos y compré miamado queso y una botella de yogurt. Y por último fui a la sección de frutas y compréfresa, piña y pasas. Estaba haciendo la cola para pagar y me acordé que teníaque comprar aliño. Así que le encargue a un chico que iba detrás mío que cuidemi carrito de compras. Corrí entre los pasillos hasta llegas a la parte de alfondo donde se encontraban las ensaladas. Estaba por llegar cuando siento queme levantan del suelo y estoy atrapada en los brazos de un extraño. Le doy uncodazo a mi presunto violador, pero él susodicho no me suelta. Volteo paraencararlo y decirle unas cuantas verdades. Arioth me sonríe con una muecaburlona y me suelta. Yo me quedo estática y por un momento me olvidé que teníaque insultarlo. 


El dolor del olvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora