UN KAZEKAGE ENAMORADO

NUEVO SENTIMIENTO

Que fue lo que me sucedió, esa chica es especial no hay duda, pero me inquieta que ni siquiera se su nombre, ni de donde es, noche prácticamente nada, sin embargo es especial, me hizo sentir lo que nadie, estoy seguro que vio algo o a alguien, lo raro es el cómo se fue.

Solté un suspiro mire al cielo y veo el testigo de lo que acaba de suceder, algo dentro de mi dice que apenas comienza, bueno ya es hora de regresar; camine rumbo a la casa entre las calles solitarias.

Pronto y sin darme cuenta ya estaba, frente a la puerta principal, la cual lentamente abrí, en cuanto cruce el umbral mi hermana salió disparada hacia mí.

-Oh, Gaara, estaba tan preocupada – me dijo mientras me abrazo – porque no me avisaste ni a nadie.

-Calma, estoy bien, se cuidarme solo – respondí tranquilamente – y si no dije nada fue porque no tenía nada que decir, solo quería caminar y pensar, además de que todos estaban tan ocupados, simplemente no encajo.

- Gaara sama, me alegro que este bien

-Sí, descuida Matsuri, se cuidarme solo

Me disponía irme a dormir, después de todo ahora cada que me apetece duermo, después de tantos años sin dormir gracias a Shukaku; cuando mi hermana me detuvo.

-Un momento, detente ahí – me ordeno, a lo cual pare – vienes diferente...

- Temari, déjalo descansar, ya no es un niño – por primera vez intervino mi hermano

- Nada de eso, hablare con el – continuo, mientras se sentaba en un sillón en la sala – Matsuri, prepara té por favor – mi alumna solo asintió y se perdió en la cocina – te conozco hermanito, y veo algo en tu mirada que ha cambiado...

- Ahh – suspiré – noche de que hablas.

- Claro que sabes – me sonrió, y con un gesto me invito a sentarme, Kankuro también se quedó – dime que hiciste en ese rato en el que estuviste solo, y créeme no es por ser entrometida, es que te quiero, no me importa si eres el kazekage eres mi hermano menor y te tengo que cuidar.

- De acuerdo, la verdad es que caminaba tranquilamente entre las calles hasta llegar al puente decidí sentarme por fin podía pensar – mi alumna llego con el té y nos sirvió, posteriormente se acomodó en otro sillón – sin darme cuenta de donde salió, un kunai se dirigía hacia mí, pero antes de que siquiera se acercara otro kunai lo desvió y entonces vi a una chica – al recordar lo sucedido me sonroje ligeramente – es tan hermosa...

- Vaya, vaya tenías razón hermana algo había sucedido con que por fin le gusto alguien a nuestro hermanito – se burló mi hermano a lo cual mi hermana le dirigió una mirada asesina para que se callara, mientras que mi alumna solo bajo la mirada tristemente.

- Cuéntame como es ella – sonrió mi hermana – como se llama, en fin todo.

- Parece un ángel, se ve tan frágil y delicada, es de estatura baja, delgada, cabello largo lacio – me emocionaba hablar de ella – de un color bastante único un gris purpura al igual que sus ojos, no es ninja, sin embargo manejo el kunai con gran maestría, por lo que me comento la entreno su familia, no es de Konoha ...

- ¿No? ¿Entonces de que aldea? – Pregunto - ¿Cómo que no es ninja?

- Si por lo que me dijo, vive con su familia entre el bosque que esta entre Konoha y Suna, así que nunca fue a una academia ninja, debido a que siempre fue enfermiza, su nombre no lo sé – me entristecí un poco – tuvo que irse justo cuando me iba a decir su nombre.

- Estoy segura que la volverás a ver

-Vaya se escucha como que es linda

- Gaara sama – pude ver la tristeza en mi alumna, después de todo se perfectamente su atracción hacia mí, pero en estos momentos no me interesaba.

- Sabes – me dijo mi hermana – lo más probable es que te la encuentres en el festival.

-Tienes razón – sonreí – después de todo me dijo que nos veríamos luego, bueno ahora si me voy a dormir.

Me levante, y subí las escaleras dirigiéndome a mi habitación, mis hermanos y Matsuri, hicieron lo mismo, me prepare para acostarme, me acomode en mi cama, lentamente fui cerrando los ojos, realmente conocerla me hizo muy feliz, se podría decir que despertó en mi un nuevo sentimiento, hasta que me dormí sin darme cuenta...