Hola, me llamo Bianca y te voy a contar algo que me pasó hace tiempo. Pero primero, empecemos por el principio de todo:
Vengo de una família muy variada, pues por mis venas corre sangre italiana, polaca, francesa y española. Hace unos cinco años mis padres se divorciaron y yo me lo tome muy mal. Mi padre nos comía la cabeza a mi y a mi hermana: y claro, al ser yo tan pequeña le creí. Nos contaba cosas feísimas de mi madre, que si era una puta, que si no quería que pasaramos tiempo con él ...
Recuerdo una noche. Cuando aún vivíamos los cuatro en la pequeña casita situada en la simpatica urbanización ubicada en el pueblo pequeño de Els Poblets. Recuerdo que serian las cuatro o las cinco de la madrugada cuando mi padre, seguido por mi nerviosa madre; irrumpió en la habitación que compartía con mi hermana. Nos despertó gritando; bueno, básicamente a mi, ya que era la mayor. Recuerdo que la peste a alcohol inundó el cuarto y yo no estaba en condiciones de hablar, debido al repentino alboroto que me arrebató de mi sueño.
- ¡Tu madre dice que salgo con rumanas!
- ¿Qué? - Me moría de sueño.
- ¡Dile que es mentira!
- Papa, ¿no podemos hablar esto más tarde? - Se me cerraban los ojos.
Mi hermana es más pequeña que yo, nos llevamos siete años; así que imaginate, si yo era muy pequeña, ella era un bebé. Y claro, un bebé al ver que sus papás no están juntos llora y esta triste, ¿no? Pues ella directamente se traumatizó. Se puso de parte de mi padre al igual que yo y nos volvimos completamente en contra de mi madre.
Poco a poco fui creciendo y empezando a entender cosas que antes no entendía.
Ya hacía años que mi padre me trataba mal, me llamaba de maneras como burra, imbécil y otras cosas que me dolían. Con el paso del tiempo fue a más y más. Hasta que empezó a insultarme de verdad.
En esta parte me situo hace ya unos cuatro años. Me llamaba de todas las despreciables maneras posibles; desde idiota hasta gilipollas, subnormal y más barbaridades que un padre normal no se le ocurriría jamás llamar a un hijo.
Recuerdo que un día al salir del instituto fui a esperarle en la esquina del colegio y cuando llegó me dijo: "¿Qué haces ahi como una puta?" y yo me quede en blanco sin saber que decir.
La cosa fue haciendose habitual hasta que un dia empezé con las autolesiones. Normalmente cuando le hablas de esto a una persona te mira como si fueras un bicho raro, algo fuera de lo normal; cuando esa persona no tiene ni idea de por lo que estas pasando ni lo que estas aguantando. El caso es, que yo soy asmática; bueno ya no, me han dado el alta hace unos meses pero por aquel entonces aún lo era. Y claro, siempre le tuve miedo a él. Por la cual cosa cada vez que me decia alguna barbaridad me aguantaba lo que podia hasta que me daba un ataque de ansiedad y no podia hablar ni respirar.
Pues bien, imaginate; despues de cuatro años aguantando todo eso sin decir nada a nadie como debia estar yo. Pues las autolesiones me ayudaban a "desahogarme".
Pues ahora imaginate un día bien entretenido.
El día en que exploté. El día en que me atrevería por fin a enfrentarme a él sin ningún miedo.
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CÆLUM
Random"Algún día estaremos a centímetros cada día." "A partir de ese día sere más feliz que nunca." "Eres mía." "Y tú mío." "Ti amo mia bella ragazza."