Parte 2

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De esto que te voy a contar hace año y medio.

Yo estaba en la cama super enferma sin poder moverme. Llevaba alli un par de dias sin poder dormir.

Tenia subidas de fiebre, muchisima tos, me dolia la tripa, etc.

Cuando por fin conseguí cerrar los ojos y dormirme, tras los diez minutos de gloria entró mi hermana pequeña con su nintendo y un sonido horrorosamente alto de un cerdo gritando.

Me desperté de un salto pensando que se habia caido o algo y al verla ahi jugando pensé "mierda".

- Por favor bajale la voz que estaba durmiendo.- Le dije yo desesperada por volver a esa paz de la que me habian hechado.
- No me da la gana.- Dijo ella con su típica voz arrogante. Cuando esta en casa de él es otra. Normalmente es mucho más buena.
- Por favor... Que estoy enferma.
- Tú no me mandas.- Y entonces me enfadé de que siempre se saliera con la suya.
- O apagas la nintendo o te la escondo.
- Tu lo has querido.- Y se fue corriendo al salon. Y antes de que me de cuenta de qué había hecho bajó él.

- ¿Como que le vas a partir la nintendo en la cara? ¿Tú de qué vas?.- Ella siempre fue su preferida. Yo para él no existia.
- ¿Que qué? ¡Yo no le he dicho eso!
- ¡Tú no la vas a tocar porque es mi tesoro, es mi vida!.- En aquel momento me dio mi tipico ataque de ansiedad.
- ¡Pero que yo no le he dicho nada!.- Dije llorando, desesperada por que escuchara por una vez en su puta vida.
- ¡Eres una mentirosa!
- ¡Que no! ¡Que es ella joder!.- En aquel momento empezaba a ahogarme ya.
- ¡Siempre la has envidiado!
- ¡Eso no es cierto!.- Mis frias y ya escasas lagrimas brotaban por mis ojos y recorrian mis mejillas enteras sin yo poder controlarlas, cosa que me fastidiaba muchisimo ya que eso daria la impresión de que era débil.
- ¡Esque como la toques te mato!
- ¡Que yo no le he dicho nada! ¿Quieres hacer el favor de escucharme una puta vez en tu vida?

Lo mejor? Ella miraba desde el pasillo riendose de mi.

- ¡No!.- Y fue entonces cuando exploté. Solté todo tipo de barbaridades, me dejé llevar, y al fin, dije todo lo que me habia callado durante cuatro años.
- ¡Estoy harta! ¡Nunca me escuchas! ¡Siempre le das la razón a ella! ¡No puedo más!.- Asi que se lo enseñé: Me subí la manga de la camiseta y mostre todo mi dolor. 36 cicatrizes bien marcadas, unas encima de otras, encima de anteriores, todo el brazo lleno.
- ¡¿Que es eso?!
- Esto me lo has hecho tu. ¡Mirame! ¡Miralo! ¡Por tu culpa voy todas las semanas a un psicólogo! ¡No puedo más! ¡Me has destrozado la vida! ¡Te odio! ¡No quiero volver a verte en mi puta vida!.- Y cuando me di cuenta de lo que habia dicho, rezé por que no me diera una paliza. Pues; iba colocado y bebido, como siempre.
- ¡A ver si hay huevos!.- Me dijo él de un solo grito.
- ¡No hay huevos, hay ovarios!
Y salio por la puerta.
Empezé a llorar de nuevo. Del estrés se me abrieron un par de cortes y empezé a sangrar. "Mierda" pensé.

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