Parte 6

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Sonó el despertador y yo me levanté de un salto. Cosa que lamenté porque me dio un mareo y me volví a tumbar.

Pasados un par de minutos hice la croqueta y salí de la cama.

Hacía buen día, por tanto; decidí ponerme los vaqueros estrechos nuevos y la blusita del volante blanca. Me fui al cuarto de baño a ducharme. Una vez fuera, con el pelo bien empapado me heché espuma y mi rebelde pelo castaño tomó forma. Volví a mi cuarto a vestirme. Me puse las sandalias blancas de cuña, cojí el neceser y  volví al baño.

Después de un par de mascarillas; y dos cepillados a fondo de dientes fui a la cocina a ver que desayunaba. En el salón estaba mi madre con sus pintas mañaneras (lo he heredado yo también) devorando sus típicas tostadas con mantequilla y mermelada con su café con leche.

Yo estaba tan nerviosa que no recuerdo si llegué a comer algo.

Volvi al baño y empezé a maquillarme. Vale, cuando digo a una persona como me maquillo me dice que soy una exagerada, pero una cosa es que me ponga muchas cosas (q yo no creo q sean muchas, pero bueno), y otra muy diferente es que a penas me ponga un poquitito de cada cosa.

Primero el corrector, antiojeras, base, rimel, colorete y pintalabios.

¿A que no es tanto?

Después cojí el dinero que necesitaría para pasar el día por ahí.

Mi madre me obligó a llevar bolso asi que cojí el capazo con flecos. Meti un libro para el viaje, el monedero; llaves de casa y poco más.

Antes de salir de casa para subir al coche revisé por primera vez aquel día el mobil. Entré en su chat y le di los buenos días. Le conté que estaba a punto de ir a la estación y que tenía ya ganas de llegar.

No recuerdo si contestó o no. Subi al coche con mi madre y fuimos a la estación.

Ahi empezaba a estar nerviosa por si me decía que quería saludar a mis amigas.

Llegamos y le dije:
- No hace falta que aparques que te van a cobrar. Ya voy yo sola.

- ¿Segura?

- Mamá no tengo cinco años.
Le di un beso y salí del coche antes de que cambiara de opinión.

Llegué adentro. Asomé la cabeza por si se lo había pensado mejor y al no verla corrí a por mi billete.



Una vez en el tren ya; le avisé y intenté encontrar la manera más comoda de sentarme en el puto asiento de plastico. Que aquello era una tortura para la espalda.

Ya estabamos llegando cuando unos gilipollas tocaron el botón de emergencia y se paró el tren justo un minuto antes de llegar.

Ahora imagíname, toda incomoda que estba; al ver que llevabamos diez minutos ahi parados, estaba que me subía por las paredes del vagón.

Por fin encendieron el motor (bueno, a 10km/h ya que estabamos a unos metros de la maldita estación) ¡Y llegamos!

Bajé a toda prisa, super intrigada por como sería Juan.

Me esperaba un panchito, la verdad. Y lo que me encontré... Dios, lo que encontré. O más bien dicho, lo que me encontró a mi.

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⏰ Última actualización: Nov 18, 2015 ⏰

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