CÆLUM

Parte 5

Se llamaba Juan. Tenia 18 años y era un estudiante de farmacia.

Comenzamos a hablar y hablar y hablar hasta que conectamos. Hablábamos día si y dia también.

Me contaba cosas; anecdotas, su día a día, sus planes... Y yo hacía lo mismo.

El tiempo iba pasando y nosotros seguíamos hablando. Y recuerdo que él me decia: "Ni con mi novia hablaba tanto." Y yo rompía a reir una y otra vez.

Era perfecto para mi. Gracioso, atrevido, espontáneo, y de físico nada mal. Pero claro, solo le veía en fotos y ahi estaba el problema, que él vivía en Valencia y yo en un pueblo perteneciente a la misma província.

Fue pasando el tiempo y llegó agosto. Y yo tenía ahi dentro una cosa asi rara... Nose. Cuando me hablaba era como "yupiii" y cuando no era a lo "vamoos..."

Suponia que lo que me pasaba era que le había cojido cariño. Pero era bastante más que eso, en verdad.

Me habló de muchísimas cosas. Me reía mucho, mucho, mucho con él.

Recuerdo que un día se puso una foto en la que parecía latinoamericano y le llamé panchito. Ese día sí que me reí. Pero bien a gusto. Se enfadó conmigo por llamarle así, pero me hacía tanta gracia el apodo que le guarde en contactos como mii panchiito. Y cada vez que me hablaba empezaba a reir y reir como una loca.

Para serte sincera, creo que por aquel entonces me gustaba.

Y es que no hay nada más bonito que eso, ¿no?

Me imaginaba que algún día nos conoceríamos. Pero luego aparecería mi madre diciendo que ni de coña le conocería sun saber quien era y bla bla bla.

El caso es que poco a poco se fue conviertiendo en alguien muy especial para mi. Cosa que era raro, ya que hacía poco que empezamos a hablar.

Y un día (no recuerdo exactamemte cómo surgió la idea) dijimos de vernos.

Al principio sabía que era del todo imposible. Pero poco a poco ideé un plan genial que a menos que mi madre no confiara en mí, saldría todo bien.

La cosa consistía en que una buena amiga mia, me cubriera. La idea era decirle a mi madre que me iba con dos amigas a valencia a pasar el día. Y si esta no se lo creía, que mi amiga hablara con ella evitando así que hablara con su madre. Cosa que sería un gran problema.

Logré convencer a mi madre y no habló con la madre de mi amiga, así que todo saldría genial.

Y llegó el día. El 16 de agosto del 2015. Lo recordaré toda mi vida ya que jamás había estado más nerviosa.