Un Mayordomo Rebelde (sebastian michaelis y tu)

Celos

Creo que ahora sí me ha tocado la KuroSebastianitis aguda (enfermedad severa causada por ver tantas veces Kuroshitsuji... okno... a Sebastián Michaelis).

Okno... la verdad es que me ha sorprendido mucho ver que en el capítulo anterior casi ya llegamos a los 20 likes y por eso me dije "Grace ¿como puedes mostrar lo feliz que estas a tus lectoras?" ... y pues que no se me ocurrió nada mejor que adelantar el próximo capitulo... ok y pues que les digo sera un capitulo muy asdadfafasd >o<

Como siempre pido leer la nota final pliss.

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T/N

Estaba sentada sobre mi cama, mis ojos estaban cerrados y mis dedos acariciaban mis labios mientras recordaba como hace unos instantes los labios de Sebastián prácticamente devoraban los míos, se sentía tan bien la extraña sensación de nuestros labios rozandose.

El toque de sus labios... ¿por qué se siente tan bien?.

- yo tampoco puedo olvidar la textura se sus labios - mencionó Sebastián a mis espaldas.

¿como entro?... es un demonio no dudaría de que apareció de la nada.

- ¿qué haces aquí? - pregunté fijando mi mirada en él.

- como ya dije... no puedo olvidar la textura de sus labios - respondió Sebastián con una sonrisa seductora mientras se acercaba lentamente a mí.

Sus labios.

- mañana no me levantare temprano para ir a clases - dije antes de qué él se acercara mas a mí.

- ¿en verdad piensa volver al instituto, aun después de lo que paso? - preguntó Sebastián alejándose de mi.

- esos shinigamis no se atreveran a atacar si estoy aquí en la mansión y yo quiero saber el motivo por el cuál trataron de llevarme a quién sabe dónde - dije decidida.

- sí eso es así ¿no creé qué ellos atacarían en cualquier lugar? - dijo Sebastián con cierto tono de voz jactancioso.

- tal vez, pero es mas seguro que ellos ataquen en su propio terreno - argumente para darle fuerza a mi decisión.

- en eso tiene razón - dijo Sebastián, tomando asiento en la orilla de mi cama.

- aunque... considerando mi encuentro con la reina, creó que lo mejor sera desistir de esa idea... por ahora - dije de manera arrogante.

- ciertamente causaría mucho alboroto entre los sirvientes sí la reina la mandara a llamar de nuevo como lo hizo hoy - dijo Sebastián.

- exacto... ademas no quiero soportar las miradas asesinas y comentarios lascivos respectó a tú persona que se la pasa haciendo el idiota del director - dije fingiendo enojó.

- me lo imagino - dijo Sebastián con una sonrisa.

- es tan molesto escuchar "Sebas-Chan, eres muy grande" y no se que otras tonterías más - dije sin cambiar de expresión.

- ¿sera qué esta celosa? - preguntó Sebastián con una actitud seductora.

- ¿de que debería estar celosa? - pregunté avergonzada ante tal insinuación.

- por ejemplo... de mí - dijo Sebastián con jactancia.

- ¿co-como se te ocurre decir eso i-idiota? - pregunté avergonzada.

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SEBASTIÁN.

Ver a la señorita (t/n) sonrojada era un deleite para mí, pues aun que no lo diga esa es la señal que me manda para confirmar la certeza de mis palabras, sin mencionar que se veía realmente adorable.