Capítulo diecinueve

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- ¿Quién se aprovechó de ti?- eso no lo pronunció Kyu y mucho menos yo, volteé hacia el umbral y vi que era Jung Min el que entraba a la sala cargado con bolsas.
-Tú idiota...- dijo mientas se acercaba amenazantemente hacia Jung, traté de pararlo, tomándolo de la camisa, pero fue inútil, se paró frente de él y lo empujo.
-Mira...- soltó una sarcástica y furiosa carcajada -No sé dé que rayos estás hablando...- puso las bolsas en el piso -Pero será mejor que te largues ahora...- le dijo amenazantemente.
-Bueno...- reí nerviosamente mientras me ponía entre los dos, de frente a Kyu -Creo que será mejor que te vayas- le dije casi rogando, puse mis manos en su pecho, para hacerlo hacia atrás.
-No... yo no me voy hasta partirle la cara a este...- ni siquiera me miraba, solo lo miraba a él con una fría mirada, y estaba cien por ciento segura que la mirada de Jung Min era igual o más despectiva.
-Genial... no sabes las ganas que tengo de dejarte en el piso- sus voces llenas de rabia, me hacían estremecer.
-Ya basta... déjense de tonterías... Kyu vete por favor...- le insistí, pero lejos de hacerme caso, me tomo de la cintura, para levantarme en el aire y hacerme a un lado.
- ¡Kyu Jong!- grité cuando vi como le tiraba un golpe a Jung Min, este pasó el dorso de su mano por debajo de su labio inferior, para limpiar la gota de sangre que había brotado. - ¡Basta!- volví a gritar solo que ahora Min le devolvió el golpe.
Todo pasaba tan rápido y a pesar de mis seguidos intentos de separarlos, si no era Kyu, era Min el que me hacía a un lado.
- ¡Kyu Jong! ¡Uno más y no te vuelvo a hablar en mi vida!- le grité haciendo que volteara a verme, su ceja y labio sangraban al igual que Min.
-No puedo dejar que este tipo se aproveche...- me dijo molesto.
- ¡Pero entiéndeme no me hizo nada!- me puse nuevamente en medio. -Por favor vete...- le volví a pedir. Tomó el cuello de su camisa y limpio sus labios.
-Sabes que te quiero...- me dijo resignado, se acercó a mí y besó mi mejilla.
Miró fulminantemente a Jung Min una vez mas y salió de la casa, escuché el golpe de la puerta e inmediatamente llevé mis manos hacia mi rostro para ocultarlo. Me sentía terrible.
-Por eso quería hablar contigo... para evitar que le dijeras a medio mundo que abusé de ti...- me dijo furioso mientras tomaba las bolsas del piso que ahora estaban esparcidas por toda la sala.
-Yo no dije absolutamente nada a nadie...- le dije caminando detrás de él.
-Si claro... ¿Entonces por qué este imbécil se me hecho encima?- me gritó.
- ¡Tal vez porque vio las marcas que estúpidamente dejaste en mi cuello!- le grité igualmente, no iba a permitir que me él me gritara sin razón.
-Discúlpame... pero tú dejaste las mismas marcas o incluso peor en mi cuello y no estoy quejándome con la primera persona a la que vea- dejó las bolsas sobre la mesa de la cocina.
- ¡Ja! Ahora resulta que yo tengo la culpa...- le dije sarcásticamente.
-Si... ¡Tienes la culpa desde haber hecho una fiesta, beber hasta perder el conocimiento y no dejarme ir!- se acercó mientras enumeraba fríamente lo que decía.
- ¿No dejarte ir?- pregunté riendo - ¿Acaso te apunté con la pistola? ¿Te amarré? O ¿Te amenacé para que te quedaras?- ahora yo enumeré con mis dedos.
-Pues uno solo recuerda lo que le conviene...
- ¿Lo que le conviene?- volví a reír -No lo creo... porque nada de lo que sucedió me conviene y aun así recuerdo algunas cosas- dije seca.
- ¿No te conviene?- ahora fue él quien soltó una carcajada -'¡Shh Jung! ¡Si podemos!'- dijo haciendo una aguda voz, tratando de fingir la mía.
- ¡Eres un idiota!- le dije ahora más que molesta.
- ¡Si un idiota al cual casi violas!
- ¡Brincos dieras!- le dije soltando una sonora carcajada. -Sabes que... por qué no te vas... ¡tomate el día! ¿Por qué no te vas con tu novia o algo asi?
- ¿Qué? ¿Ahora estás celosa?- se acercó a mi lentamente
-No tienes tanta suerte...
-No necesito suerte...- seguía acercándose -Sé que te gusto...- esta vez yo no retrocedí, no le demostraría debilidad.
-Si me gustaras ya te tendría aquí...- levanté mi mano mostrándole la palma de mi mano.
- ¿Cómo? ¿Así como yo te tengo a ti?- levantó una de sus cejas mientras sonreía victoriosamente de lado.
-Bien sabes que no es cierto...- le dije riendo, me di media vuelta y caminé hacia las escalera.

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