Capitulo Cuarenta y siete

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¿Lista?- le pegunté cuando salí de mi habitación ya arreglada, mi cabello estaba atado en una coleta y dejé mi fleco recto.
- ¡Si!- gritó emocionada, corrió a su habitación y regresó con la correa para que el cachorro no se escapara.
Bajamos las escaleras y tomé mis llaves de la mesa del living.
- ¿Iremos en el auto?- peguntó extrañada.
-Así es...- le contesté -Iremos a otro parque más bonito- le dije riendo.

Llegamos a un hermoso parque, estaba solo a cinco minutos de casa, pero no tenía muchas ganas que digamos de caminar.
Ana rápidamente corrió a los juegos y yo solo me senté en una banca debajo de la sombra de un gran árbol. Recargué mi cabeza hacia atrás, tenía tiempo de no sentirme tan tranquila, el viento chocaba ligeramente conmigo y el sonido de las hojas de los arboles al moverse era relajante. No se por cuanto tiempo estuve así, mantenía mis ojos cerrados más no estaba dormida.
Pero mi tranquilidad y relajación se fue cuando Ana llegó llorando a mi lado.
- Ey, ¿Que pasó?- le pregunté asustada, pero ella apenas y podía hablar por el sentimiento que traía -A ver, deja de llorar...- le dije tranquilizándola -Respira...- respiraba agitadamente.
-Pe... Pelusa se me perdió- dijo y nuevamente se soltó llorando.
-Ana...-alargué riendo -No llores...- limpié su rostro que estaba completamente empapado -Mejor vamos a buscarlo ¿Si?- le dije y asintió con la cabeza tallando sus ojitos - ¿Como se te escapó?- le pregunté ya que apenas y lo soltaba al pobre.
-Quería subir a un juego y solo lo dejé poquito tiempo y lo quise atrapar y corrió- se entrecortaban sus palabras.
-¿Y por qué no me dijiste que te lo cuidara?- solo subió sus hombros en señal de 'No lo se' -Bueno vas a ver que ahorita lo encontramos- comenzamos a recorrer todo el parque pero era enorme. Ana se dedicaba a llamar al cachorro, mientras que yo preguntaba si lo habían visto.
Estábamos por darnos por vencidas, nos sentamos en una banca y Ana comenzó a llorar de nuevo.
-Ana no llores...- le dije acariciando su cabello, ella cubría su rostro con sus pequeñas manos -Podemos poner carteles o no sé...- le dije tratando de calmarla.
-Creo que esto es de ustedes...- esa voz... esa voz podía reconocerla a cientos de ¡Kilómetros!
Ana rápidamente volteó, más yo no lo hice y no lo haría.
- ¡Pelusa!- alargó Ana, fugazmente se puso de pie y corrió hacia atrás, donde estaba... Jung Min.
Me puse de pie y volteé, nuestras miradas se conectaron, pero inmediatamente 'rompí la conexión'.
Jung estaba con Safaa quien sonriente me saludó y le entregó el cachorro a Ana, claramente le devolví el saludo con una enorme sonrisa.
-Gracias- le dije fríamente a Jung - ¿Ana nos vamos?- le pregunté.
- ¿No nos podemos quedar un ratito mas?- preguntó con una cara a la cual no me pude negar.
-Está bien- le dije y esta me entregó al cachorro para luego correr a los juegos junto con Safaa.
Me senté nuevamente en la banca recostando a Pelusa en mis piernas, ignorando por completo la presencia de Jung Min.
Lo vi rodear la banca y se sentó en el otro extremo de esta. Yo solo acariciaba al cachorro que estaba a punto de quedarse dormido, mientras que Jung movía sus pies con ¿Nerviosismo?
- ¿Y... Y como estás?- lo escuché hablarme más no sabía si responder o seguir ignorándolo.
-Perfecto- mentí.
-M... me alegra- dijo y comenzó a jugar con sus dedos -Yo... yo estoy terrible ¿Sabes?- sentía su mirada sobre mi más aún así yo seguía sin voltear a verlo -La chica a la que amo me dejó- respiró profundamente mientras yo trataba de no soltarme a llorar.
-Algo muy malo debiste haber hecho... Pobre Milagros- dije poniéndome de pie -Espero y solucionen sus problemas- me di la media vuelta y comencé a caminar.
-__- escuché sus pasos detrás de mi -Tú mejor que nadie sabes que es a ti a la que amo- me tomó de la cintura.
-No...- reí amargamente y quité su mano-...Eso creía- enfaticé la ultima palabra -Pero cuando se ama a una persona... no se le lastima así- no pude más y una lagrima se fugó pero inmediatamente la desaparecí.
-Por favor dejame explicarte- acarició mi mejilla.
-Park Jung Min basta- le dije corriendo mi rostro -No tienes nada que explicarme y a mi no me interesa escuchar nada de ti- no quería, no era ni el momento ni el lugar indicado.
-__...
-Solo dejame en paz ¿Si?- nuevamente volví a caminar, no podía ir muy lejos. Ana seguía jugando, pero solo quería alejarme de Jung Min, no podía soportarlo.
- ¿Me amas?-escuché a solo unos segundos que lo había dejado atrás, dejé de caminar - ¿__ me amas?- volvió a preguntar, a estas alturas ya no pude guardar mas las lagrimas y estas comenzaron a empapar mis mejillas -Solo respondeme...- ahora me hablaba al oído -Solo dime que no y te juro que no vuelvo a molestarte más..

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