La tarea por la que Alyssa y Giselle se esforzaron para que saliera perfecta, había rendido los frutos deseados. El profesor de psicología adoró el trabajo hecho por las dos estudiantes y lo calificó como "el mejor de la clase". Ambas se sentían orgullosas por gran rótulo otorgado a su trabajo.
Después de la escuela, las amigas decidieron ir a la biblioteca local de Gelsenkirchen, prepararían todo lo necesario para su siguiente proyecto escolar y era mejor hacerlo con antelación, si querían mantener la imagen de buenas alumnas.
Giselle reunía libros que se relacionaran con la Historia de la Educación en Alemania, mientras que Alyssa reunía datos importantes sobre el funcionamiento actual del Sistema Educativo Alemán.
Aquellas jóvenes habían pasado tres horas leyendo y sacando provecho de los más ilustrativos libros de la biblioteca. Cuando ambas cayeron exhaustas fueron rumbo al café más cercano para despejar sus mentes que ya empezaban a provocarles jaquecas.
—A veces odio la universidad, mejor hubiera sido actriz —Giselle solía hacer comentarios incoherentes pero con gracia, siempre hacía sonreír a su mejor amiga.
—Tienes razón, Gis. Mira que serías una excelente. Ganarías hasta un Óscar —decía Alyssa probando un sorbo de su cappuccino.
—¿Estás loca? Yo ganaría los Deustche Filmpreis, y en el Festival de Cine de Berlín ganaría el Oso de oro y todo por una gran actuación en una película de Oliver Hirschbiegel —Dijo animada la rubia, fantaseó en que aquello se haría realidad algún día.
—Serás maestra, no una actriz de mentira.
—Rompiste mi corazón —dijo y formó un corazón roto con sus manos.
El semblante de la rubia cambió en un instante al fijar su mirada en un prominente chico, era Leon Goretzka. Giselle no evitó abrir la boca de sorpresa, Alyssa la observó aterrada frunciendo el ceño, volteo hacia donde su amiga estaba decantada mirando, cuando Alyssa vio a Leon, no pudo creer que la suerte no estaba de su lado el día de hoy.
—¿Sabes? Pueden entrar un millón de mosquitos y tú no darte cuenta.
—Alyssa, debes estar ciega para no mirar a la perfección justo frente a tus ojos.
Ella río por el comentario de su amiga, Alyssa siguió bebiendo su taza de cappuccino sin problema, sin embargo, la indiscreción de Giselle le costaría caro.
—Hola hermosas señoritas —dijo una voz detrás de Alyssa—. ¿No les molesta que las acompañe?
—Sí.
—No —refutó Giselle.
Leon mostró divertidamente una sonrisa, mientras tomaba asiento para acomodarse con ellas.
—Bueno, como todo un caballero, debo pagar todo lo que ustedes pidan.
—Leon, te pediré de la forma más amable y atenta que no vengas a romper la armonía de este lugar. Causas que un terrible dolor de cabeza aparezca repentinamente y odio esas sensaciones —Alyssa dictaminaba con fiereza.
—No cariño, es la menor de mis intenciones, pero déjame decirte que el resplandor de tus ojos se opaca, cada vez que el terco e impaciente sentimiento del enojo aparece, para desaparecer cualquier rastro de nobleza en tu bella aura —Leon habló como un dulce poeta con el que la más fría y calculadora persona, se derretiría por su eficaz y elegante forma de pronunciar y unir palabras.
—¡Ay por Dios! —Giselle no aguantó la emoción que el verso del joven provocaba en ella—. ¡Eres espectacular!
—¡Claro que no! —dijo Alyssa, harta de los intentos de conquista de Leon—. Quieres ser un Shakespeare, amigo, pero realmente no se te da. ¡Vete a buscar a otra chica con suficientemente torpeza para caer en tus inútiles encantos!
—Mira, Alyssa, no estoy aquí para arruinarte la vida, simplemente quería ser caballeroso contigo y demostrarte que no soy el patán que te encontraste en esa fiesta —sus ojos miraban intensamente a los color miel de la castaña—. Disculpa ¿Sí? No fue mi intención que te crearas la imagen de un monstruo sin sentimientos.
—Sólo no hay que volvernos a ver.
—Lo que tú quieras, ¿Está bien? Cuando quieras hablar o simplemente salir por algún lado, llámame.
—¿Para qué diablos te quisiera hablar? ¿Quién te crees que eres para decirme "llámame" como si implicara una necesidad? Es más, ni siquiera tengo ni tendré tu número guardado en mi teléfono.
—Amiga, cálmate —decía en susurros Giselle.
—Está bien, lo siento, yo te llamaré o probablemente te encuentre por aquí, estoy seguro que no ha sido una casualidad.
—¿Llamarme? —Alyssa dio un paso adelante como si quisiera írsele encima a Leon pero Giselle la detuvo al tomarla de los hombros.
Leon se despidió de ellas, con la esperanza de volver a encontrarla, de alguna manera tenía que arreglar los malos entendidos entre ellos. Alyssa no sabía qué pensar acerca de él, su mente se dividía en dos hemisferios, uno donde creía que Leon sólo pretendía tener una amistad con ella, y en otro donde solo buscaba la satisfacción de sus necesidades como hombre.
—Me quiero ir a casa —dijo Alyssa,
—Está bien, Aly. Nos vemos mañana en la escuela.
—Nos vemos.
Ambas se despidieron y partieron rumbo a sus respetivas casas. En el camino, Alyssa disfrutaba la fresca brisa de la ciudad de Gelsenkirchen, deseaba encontrar esa tranquilidad e imaginaba a su madre caminando con ella en esa majestuosa tarde.
Cuando llego a casa, rápidamente, Alyssa se dirigió a su habitación pensando que eso calmaría la tormenta que estaba encerrada en su cabeza. La migraña, las incesantes tareas en la universidad, el recuerdo de su madre y ahora Leon Goretzka, la tenían pensando sin cesar. Lo único que quería era descansar, después de tan tormentosos hechos.
Sin embargo, su historia apenas acaba de comenzar.
____________________________
Esta vez actualizamos un poco más rápido :3
Espero disfruten el capítulo.
Recuerden que @BlueSkyGG y yo las queremos♥
![](https://img.wattpad.com/cover/48651606-288-k965444.jpg)