Capítulo 6. Un encuentro inesperado

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Alyssa se jalaba su cabellera repetidas veces, estaba harta de que el ensayo sobre La Filosofía de la Educación no estuviera estructurado como ella esperaba. La inminente guerra con Leon Goretzka, era el tema dominante es su mente, no podía concentrarse, no teniendo a un arrogante chico que lo único que quería era perjudicarla.

Alyssa agarró otros dos libros acerca del tema que estaba desarrollando, hasta que el tono de su celular la despertó de su nube y desató el ruido por toda la biblioteca; por lo que contestó con una rapidez impresionante.

—Hola, ¿Quién habla?

—Hola, preciosa, ¿Dónde estás?

—Disculpe, número equivocado.

Alyssa estaba a punto de colgar, cuando la voz le suplico que no lo hiciera.

—Soy yo, Leon Goretzka.

—¿Qué diablos quieres? —Alyssa rodó los ojos

—Recibí tus saludos con éxito.

—Espera, ¿Cómo conseguiste mi número?

—Soy un estratega.

—No seas idiota, deja de perseguirme y molestarme.

Ella enseguida colgó y dejó el dispositivo en vibrador, para seguir trabajando en la dichosa tarea. Sin embargo, esa llamada la inquietó, por lo que la concentración no aparecía por más que suplicara que lo hiciera.

Desesperada, salió de la biblioteca para beber algo en la cafetería, aunque tenía miedo de ir ahí debido a que Leon podría encontrarse en ese lugar, no permitió que la cobardía la invadiera.

Sus predicciones no se cumplieron, la calma se respiraba en el ambiente, por lo que el corazón de Alyssa volvió a su velocidad normal. Ella ordenó el mismo cappuccino de la vez anterior y esperó pacientemente a que la jaqueca que la acosaba se esfumara. Sin embargo, esa paz y tranquilidad se vio atormentada en cuanto "El intento de Shakespeare" apareció en escena.

—Presumí que estarías aquí, no me equivoqué —dijo Goretzka, mientras tomaba asiento al lado de Alyssa.

—Yo también, y me alegré que no estuvieras —ella intentaba ser lo más cortante posible, para que él se retirara rápido.

—Alyssa, dame una oportunidad, te propongo algo —Leon la miró a los ojos, quedando hipnotizado por la profunda mirada de la chica.

—Te escucho.

—Gracias —dijo aliviado—. Te propongo que salgas conmigo, no en una cita, sino algo informal; deja que te convenza de que no soy un patán y puedo llegar a ser un buen amigo, ¿aceptas?

Ella se quedó pensando en la propuesta de Leon, sonaba una mala idea pero por dentro, admitía que quería saber cómo era realmente, además, de esta forma no tendría que mentirle a su padre acerca de la relación que llevaba con él.

—Está bien —contestó en un tono despectivo—. Acepto.

—Gracias Alyssa, te prometo que no te arrepentirás.

—Sí, como digas.

Inesperadamente, Leon se levantó y besó la mejilla de ella, dejándola estupefacta.

Alyssa sabía que él era una mala idea, aunque si de algo estaba segura era que su corazón comenzaba a sentir atracción por el futbolista.

—¿Hiciste eso a propósito? —preguntó, tratando de no sonar nerviosa.

—Claro que no, lo consideré un gesto amable de mi parte.

—¿Siempre eres así?

—Así cómo?

—Sabes qué, olvídalo, me voy porque tengo cosas importantes qué hacer.

Alyssa pidió la cuenta, no podía soportar estar cerca de él, y no era porque la irritara sino que la presencia de Leon, le causaba escalofríos en todo el cuerpo y ella prefería no sentir ese tipo de sensaciones que consideraba dañinas.

Pagó lo más rápido y salió de ahí desesperada. Sin embargo, Leon la siguió hasta alcanzarla.

—¡Oye Aly! —gritó—. ¡Espera!

Agotado pero sin dejar de seguirla, consiguió detener el paso de ella.

—¿Por qué te vas así? —con la respiración entrecortada, intentaba encontrar una explicación en los ojos de Alyssa.

—Porque tengo cosas qué hacer, ya te dije.

Ambos se miraron directo a los ojos, pero ya no de la forma retadora, estaban tratando de analizarse, buscando una sensación que los conectara. Aunque no lo aceptara, Alyssa se sintió encantada por aquellos ojos mieles que la observaban, al igual que Leon, que no podía dejar de pensar en ella desde que tropezaron en esa fiesta.

—Bueno, ¿te puedo acompañar? —él estaba siendo sutil para evitar que ella lo rechazara.

—Está bien —dijo Alyssa con una pequeña sonrisa en sus labios.

Los dos siguieron caminando por las calles, hablaban de sus gustos y sus sueños, no tocaron ningún tema personal porque apenas se conocían y querían construir poco a poco la confianza.

—Y algún día espero representar a Alemania en la Copa Mundial con mi mejor amigo Max Meyer.

—¡Wow! Tú sí que tienes altas expectativas.

—Sí, pero ahora yo quiero escuchar acerca de las tuyas.

—¿Por qué? No son interesantes.

—Toda persona lo es, todos tenemos sueños que queremos cumplir, tú no debes ser la excepción.

—¿De dónde sacas tanta frase? —Alyssa río levemente, causando la risa de Leon también.

—No lo sé, no cambies el tema, dime.

—Ser maestra y educar a los futuros niños de este país, verlos sonreír es una gran satisfacción, espero algún día poder fundar mi propia escuela.

—¿Ves? Sólo déjate llevar por la vida y conseguirás hacerlo.

—¿Dejarme llevar? Eso sería tonto, si la vida me controla, estaría pérdida.

—No te das cuenta Alyssa, cada uno de nosotros tiene un destino, que lo único que hace es llevarnos a nuestra felicidad.

Los dos se sonrieron nuevamente, y por primera vez no deseaban matarse o decirse de palabrerías. Alyssa sabía que Leon tenía el potencial de amigo perfecto, sin embargo, él será más que ese "amigo". Esto era apenas el comienzo de su historia.


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⏰ Última actualización: Jan 18, 2016 ⏰

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Déjate llevar (Leon Goretzka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora