Lamentable idea que a mi pureza conlleva la desolada mañana de tu partida. Sonidos abstractos masacran mi mente, imágenes caídas, tantas de ellas cómo desolados andenes, penetran mi pupila, no logro entender que significan, ¿es qué significarán algo? ¿Es entonces, mi consistente deseo de obtener una mínima referencia de vida? Me encuentro atascada en la idea de necesidad, basada en la aparición de almas externas, almas que logren diferenciar la desdichada vereda por la que flota mi desesperada ilusión. ¿En qué momento me he vuelto tan idealista? Yo, que tanto creía en la libertad, en la revolución de ideas y en la solidaridad personal. ¿Dónde he quedado? Me he perdido ¿me he conducido, sin pensarlo hasta aquí? O es que tu me has guiado por el camino de la dependencia exagerada, que termina en el océano amargo de los celos, que se supone, yo creía ocultos.
Cualquiera que fuese mi desdichada respuesta, me prefiero muerta a enamorada y resentida.
