Cap.32

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   *Maratón 1/3*

Narra ____(tn).
Mi mente seguía en blanco.
Me preguntaba que estaría haciendo Mario en este momento. <<Una fiesta>> pensé con amargura.
Luego de varios minutos de llorar y mirar la ventana, mientras el tiempo pasaba, los niños jugaban y sonreían, un ruido me puso alerta. No comprendí bien lo que era hasta que el chófer dijo algo como
''Su teléfono señorita''. Parpadeé unas dos veces rápidamente, y abrí mi bolso. En cuanto miré el celular me sorprendí. Era Jan Carlo.
<<De seguro el muy cobarde no tiene huevos para llamarme>> miré la pantalla hasta que dejó de sonar, no tenía la suficiente preparación mental como para atender al hermano de mi marido, dicho esto la esposa de Jan Carlo se podría decir que es mi mejor amiga...la única que sabe al menos la mitad de mi vida. Pero tampoco tengo la suficiente confianza como para decirle a donde voy, ya que Jan Carlo terminaría sabiéndolo de una manera u otra, y en un abrir y cerrar de ojos tendría al mismísimo Mario en la puerta de mi casa, listo para atacar.
<<Mi casa>> sonaba raro decirlo. Un nuevo mundo. Nueva gente. San Francisco.
Por lo que eh investigado, ese país suele ser muy tranquilo y lo sorprendente es que NUNCA ha sucedido ninguna catástrofe natural como terremotos ni tsunamis.
Luego eh visto varias fotos, es un hermoso lugar.
Por alguna extraña razón llegué a pensar en que sería un cambio bueno y positivo. Pero todo pensamiento bueno desapareció cuando volvió a sonar mi teléfono.
Pensé en apagarlo. Pero conociendo la ansiedad de mi querida madre, si lo apagaba y ella (en el remoto caso) llegaba a llamar, estaba segura que iniciaría la tercera guerra mundial si no le atiendo. Y llamaría a la policía, y hasta a los bomberos.
El celular siguió sonando. Y lo tomé
<<Jan Carlo Llamando>>.
Dejé que dejara de sonar y volví mi vista hacia la ventana. Recordando momentos, en los que solía sonreír a su lado ¿y ahora?
Buena pregunta, ¿Qué será de mi ahora, que no lo tengo?

*Narra Mario*
-¡LLAMALA DE NUEVO!- le grité a Jan Carlo mientras manejaba endemoniado.
-¡¡DEJA DE GRITARME!!- mi hermano siguió llamando, pero Nada!.- ¡Hola! ¡______(tn)!- mi corazón se aceleró -Por favor atiéndeme, necesito hablar contigo. Llámame cuando escuches este mensaje -suspiré derrotado...ella no atendería.- ES ENCERIO ______(TN) LLAMAME O...O MARIO COMETERÁ UNA LOCURA, adiós.
<<Buen plan hermano, aunque creo que no le importaría si me vuelo la cabeza con una metralleta>>
Lo que sentía en ese momento era indescriptible. La sensación de haberlo perdido todo, la sensación de que se te parte el corazón y no puedes hacer nada.
¿A dónde diablos irá ___(tn)?
Solo una persona que la conociera bien...sabría a donde...UN MOMENTO.
-JAN CARLO LLAMA A TU ESPOSA Y PON EN ALTA VOZ, NECESITO HABLAR CON ELLA.
Jan me miró raro pero obedeció.
-Hola cariño...si estamos bien...no, no la encontramos....emm, Mario quiere hablar contigo, okay.- Jan Carlo puso el alta voz.
-Okay cariño estas en alta voz.
-Hola Mario ¿cómo estás? -preguntó con la voz apagada.
-¡Genial! Hoy es el mejor día de mi vida, ¿Qué tal estás tú?
-¡Hey! ¡no uses el tono sarcástico con mi mujer!- dijo Jan Carlo- ella no tiene la culpa se que seas un completo imbécil.
¡Genial! Tenía razón
-Lo siento Ana.
-No importa Mario. ¿Que acaso piensas que estoy feliz? Eh perdido a mi mejor amiga...posiblemente nunca la vuelva a ver y todo por tu maldita culpa.- sentí por su voz que estaba llorando. Y yo seguí sus pasos. Comenzó a sollozar. Luego ella soltó una risa hipócrita.
-Por favor Bautista, ¿estas llorando? eres un maldito imbécil, te tienes bien merecida la partida de _______(tn), ¡no eres más que un completo hijo de puta! Toda la tristeza que sientes ahora no es NADA a comparación de lo que sentía _______(tn) cuando la golpeabas sin remordimientos...¿en qué mierda pensabas? Agradece que te ama lo suficiente como para no meterte preso...te mereces eso y mucho más, y cuando...
-¡BASTA ANA!...estamos aquí para ayudarlo, no para torturarlo.- dijo Jan Carlo.
Yo ya estaba en blanco. Las lágrimas salían sin permiso, y otra vez tuve que parar en el medio de la carretera.
No sé cómo hizo Jan Carlo, pero intercambiamos posiciones.
Él se puso a conducir y yo iba de co-piloto. Llorando como un bebé cuando acaba de nacer.
-¡Basta bro!...la encontraremos..
-¡Si claro!- decía la esposa de mi querido hermano.
-¡Basta Ana! Si lo vieras ahora te arrepentirías de decirle todo eso...
-¿Qué? ¿Te da lástima? ¡¡TÚ NO TE HACES LA IDEA DE LO QUE YO SENTÍ CUANDO HABLÉ CON ________(TN)!!
En ese momento abrí los ojos rápidamente.
-¿Hablaste con ella?.
Un silencio se apoderó del coche, mientras Ana suspiraba. Como si hubiese metido la pata al confesar aquello.
-¡Suéltalo Ana!- le dijo Jan Carlo.
Me pareció un poco brusco en la manera en el que se lo dijo y lo codeé.
Él me miró como diciendo ''¿Qué?''. Yo le susurré un ''cuídala...porque cuando no la tengas, te arrepentirás''. Él me miró y entró en razón.
-Ana, cariño lo siento no quise hablarte mal pero por favor dime que hablaste con _______(tn).
Ella lloró un rato y dijo.
-Solo te suplico Mario...que no le hagas más daño ¿si? te voy a decir todo lo que me dijo, pero ¿tú piensas que lo mejor es ir a buscarla?, ¿te atreves a mirarla a los ojos sabiendo que un día la golpeaste..?, soportarías que ella te dijera que no, ¿sin levantarle los puños?....
Yo tardé en contestar. Lo pensé, de todas las maneras posibles.
Mi mente y mi corazón se debatían en una guerra constante.
Si pensaba con la mente...claramente era un <<déjala vivir, deja que se salve de la bestia...deja que sea feliz, y haga una familia como siempre soñó>>
Pero me negaba a renunciar a ella. Mi corazón me decía que la amaba. Que la necesitaba para respirar, para vivir, la necesitaba hasta para trabajar. Tan solo con pensar en ella en mi oficina, el stress del trabajo desaparecía completamente.
La amaba no había duda. Pero qué hacer cuando en tu mente sucede esto...
-''¡NO!, POR FAVOR MARIO ¡BASTA!...¡¡ME HACES DAÑO....!!'' -recordé como me suplicaba para que me detuviera.
Su llanto rebotaba en mi mente una y otra vez como puñales, a la vez que la sensación de ver esos ojos llenos de miedo y de lágrimas me carcomían por dentro. El sentir que eres una mala persona, y que lastimas a la persona que más amas en este mundo. Y luego...que la pierdes.
''-¡Adiós Mario!''
Me imaginaba en la mente su cara pálida, sus mejillas bañadas en lágrimas mientras me decía adiós. Me odiaba a mí mismo, y pensé que lo mejor era...dejarla ir.  

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Marido Golpeador [Mario Bautista]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora