Cerré los ojos con una fuerza impresionante, mientras retrocedía para evitar que esa cosa me tocara, o peor, me matara.
Mi respiración entrecortada no lograba llenar en su totalidad a mis pulmones. Limpié en mi pantalón mis manos húmedas por el sudor, un sudor frió, un sudor de miedo, y continué caminando sobre esa tabla de madera hasta llegar al otro lado.
Al estar ya en la planicie, no encontré mas la torre; se había esfumado en un abrir y cerrar de ojos, había perdido mi segura escapatoria.
Un sentimiento de desesperación me consumía de pies a cabeza, mi estómago se sentía revuelto. No sabía que hacer en esos momentos, las ideas no brotaban de mi cerebro. Pero entonces, en un movimiento rápido de cabeza, note unos grandes objetos por encima de mi cabeza, a unos 70 metros arriba del suelo: eran de formas irregulares, aunque me daba la impresión de que alguna vez las había visto.
Froté mis ojos para asegurarme de que eso fuera real. Al abrirlos de nuevo, una luz cegadora y un fuerte pitido me aturdieron hasta darme cuenta de que los objetos se habían esfumado, y en su lugar, una estructura rectangular había aparecido frente a mis narices.
Traté de rodearla lo más rápidamente posible, hasta toparme con la entrada que llevaba hacia unas escaleras hacia abajo en una forma tipo caracol. Sin más que hacer, entre casi corriendo, haciendo lo mismo con las escaleras.
Ya llevaba un rato bajando cada escalón, pero estos no parecían acabar por ningún motivo. Fijé mi vista hacia los demás escalones, esperaba ver los últimos si es que asomaba un poco la cabeza. Mi pie se contoneo en el aire he hizo que me cayera al siguiente grupo de escalones de abajo. Di un golpe en estas con un eco que se dirigió hacia abajo. Froté mi brazo adolorido y vi para arriba, dándome cuenta de que faltaban unos tres escalones, siendo esa la razón por la cual caí.
Dí un resoplido, me levante rápido y continué, ahora con mas precaución.
Al llegar al final, di un rápido vistazo a mi alrededor: sólo había un pasillo que se adentraba a una penumbra infinita, advirtiéndome que debía guardar la debida precaución si algo malo pasaba.
Caminaba por ese lugar, asegurándome a mi misma que no había nada que temer, entonces mi nariz dio con una pared de concreto. Cerré mis ojos por el dolor que había recorrido mi cara por completo, cuando al abrirlos, me encontré en un pasillo iluminado tenuemente por una luz roja. Intenté retroceder un poco, pero me encontré con una puerta de metal que estaba bloqueada.
No tuve más opción que seguir de nuevo el pasillo que, ahora, parecía llevarme a un lugar más oscuro que el de antes. En ese momento el lugar comenzaba a temblar de manera leve, y entonces paró, dejando atrás un leve pitido que se fue perdiendo unos segundos después.
Pensé por un momento que era lo que haría a continuación, y me decidí a continuar.
Parecía que el pasillo me estaba llevando aun más abajo con cada paso que daba. De nuevo volvió a temblar, ahora más fuerte, pero igual que la anterior vez paró en seco, solo que sin el pitido.
Sentía que las paredes se hacían más angostas cada vez, así que comencé a correr lo más rápido que pudiera, pero después de unos metros paré y me volví para atrás, notando que había otro pasillo.
No entendía como no me había dado cuenta, pero deje esa idea a un lado y solo me dirigí a este.
Entre a la misma bóveda del principio, solo que ahora parecía estar en su totalidad vacía, a pesar de unos cuantos barriles tirados por ahí. Sin todas esas cosas estorbando mi camino pude localizar rápidamente una puerta. Las escalares volvieron a aparecer frente mio.
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Entre la muerte y la realidad
General FictionNo contare la típica historia de como ocurrió el accidente o como fue mi operación, sino que les diré como fue el momento en el que estuve del otro lado, luchando contra un mundo creado por la muerte. Luchando contra mi fibrilación.