La llenura de su Espíritu

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Avanzan un poco más y llegan a un punto donde la niña ya no puede seguir.

Siente mucha sed y tanta hambre que su estómago le duele.

En ese momento Jesús la sacia con su Espíritu Santo y la alimenta con Su Palabra.

Ella se sacia por completo y junta energías para seguir avanzando junto a Él


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