Brook Narra

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Estaba en una cafetería con Fiore mientras comíamos y tomabamos café.

—Sam Wilkinson se muere por ti pero es famoso, después es una fase y ya—dijo Fiore mientras veía su celular, lo puso a un lado y me volvió a ver—¿En serio lo quieres ver?.

—Admítelo, es muy atractivo—me sonrojé.

—Lo es, y también es famoso, con muchas fans locas, obsesionadas a lo extremo que te pasan ofendiendo y diciendo cosas feas en internet.

Tomé un sorbo de mi café frío y reí.

—Eso es lo de menos.

—Cuidado sólo juega contigo.

—¿Por qué lo haría? Sería muy mala idea de parte de él—sonreí—Soy la mejor en esos juegos.

Saliendo del sitio comenzamos a caminar y bromeábamos. En un momento, entramos a la una tienda.

—Iré al área de hombres, le compraré algo a mi hermano—dije a Fiore y me alejé mientras ella babeaba por unos zapatos.

Mientras veía unas camisas y buscaba la talla de ropa de mi hermano sentí que me veían, ese sentimiento extraño, pero lo ignoré. Intenté alcanzar una camisa, no podía, mido como 1,62 no llegaría.

Una mano pasó a mi lado izquierdo y agarró la camisa. Me volví a ver quien era y era...¿Sam?

—Hola linda—dijo entregandome la camisa—Creo que la camisa es de hombre.

—Tengo un hermano—reí tomando la camisa—Además, no hay nada de malo que yo use una camisa de hombre—moví mis hombros—¿Me seguiste o qué?.

—Eres más linda en persona...y respondiendo tú pregunta...tal vez—sonrío con esa sonrisa perfecta de las fotos y sus ojos, vaya, esos si eran unos ojos hermosos.

—Y tú eres muy alto—fruncí el ceño y reí.

—Tú muy baja—le dio dos palmadas a mi cabeza suavemente.

Me volví a ver al área de chicas y Fiore hablaba con Nash.

—¿Tú amigo?—señalé.

Miró donde yo señalaba—El mismo—sonrío.

En ese momento se acercaron unas niñas gritonas y medio me llevaron a un lado y comenzaron a hablar y abrazar a Sam.

Me moví hacia Fiore quién aún hablaba con Nash.

—Tienen fans, sería de mala educación no saludar—me dirigí a Nash.

—Ya vuelvo, esperen—dijo y se dirigió al sitio.

Cuando se fue Fiore y yo nos dirigimos miradas y fuimos a pagar la camisa para después salir de ahí. No queríamos estorbar y mucho menos que nos dijeran cosas feas o lo que fuera.

Instagram (Sammy Wilkinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora