Cap 39: El Señor Gigante

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~ ¿Y tu como te llamas? –le pregunté.

~ Yo me llamo Haruto, Haruto Nakamura.

~ Que genial tu nombre. ¿Quieres que vayamos a la casa de Minami? En las vacaciones siempre jugamos en la casa de ella o la mía.

~ Tengo que preguntarle a mi mamá.

~ Anda a preguntarle. Yo voy contigo –dijo Minami.

~ Y yo también voy –dije después.

Seguimos a Haruto y luego esperamos a que le preguntara a su mamá si podía venir con nosotras. Mientras tanto nosotras estábamos afuera, y veíamos a la gente y los pocos autos que pasaban. Minutos después vimos a un niño que era más grande entrar a la casa de Haruto con un señor que era gigante, y enseguida salió Haruto.

~ ¿Qué te dijeron? –preguntamos Minami y yo al mismo tiempo.

~ Mamá dijo que si, pero tenía que hablar con sus mamás.

~ Pero no me sé su número –dijo Minami.

~ Yo si me lo sé –dije–. ¿Lo escribo?

~ No, mejor vamos para adentro y tú misma se lo dices a mi mamá. Quiere saber donde vives para cuando papá o ella me vayan a buscar.

~ ¿Entonces a qué casa iremos? –preguntó Minami.

~ Vamos a la mía y mañana a la tuya –le dije.

~ ¿Se juntan todos los días? –preguntó Haruto.

~ Si. En las vacaciones y los fines de semana. Y ahora nos juntaremos los tres hasta que entremos a clases.

Después todos entramos a su casa y fuimos a donde estaba la mamá de Haruto. Le dije el número de mi mamá y enseguida la mamá de Haruto la llamó. Cuando terminó la llamada, su mamá dijo que podíamos irnos. Nos despedimos de ella y luego del señor gigante que estaba cerca de la salida.

Para hacer el camino a casa más divertido, tomamos 3 piedras que habían por ahí y la empezamos a patear con el pie. Cada uno iba por el camino que le tocó, y la piedra no podía salirse del camino. El primero que llegaba podía comerse las galletas del que llegaba último. Íbamos lo más rápido que podíamos. La primera en llegar fue Minami. No sé cómo lo hizo pero llegó muy rápido. Después llegó Haruto y al último yo.

~ ¡Más galletas! –dijo Minami–. Te daré una para que no te dé hambre, pero si me dejas copiar una de tus tareas cuando yo no quiera hacerla.

~ Bueno, pero solo una tarea.

Entramos a la casa y después Haruto y Minami fueron a mi cuarto mientras yo iba donde mi mamá para que nos diera algo de comer. De mala gana le tuve que dar mis galletas a Minami, pero aproveché de sacar un poco de cereal cuando estaba en la cocina. Por lo menos no iba a pasar hambre. Luego los tres seguimos viendo tele, hicimos más competencias y algunos juegos. Pasamos toda la tarde jugando, hasta que llegaron a buscar a Haruto. Había ido el señor gigante a buscarlo, y cuando bajamos a dejar a Haruto a la puerta vimos a mi papá hablando con el señor gigante como si fuesen amigos desde hace mucho tiempo.

~ ¿Cómo lo pasaste, Haruto? –preguntó el señor gigante.

~ Bien. Es muy divertido jugar con Minami y con Hikari.

~ Que bueno, hijo.

~ ¿El señor gigante es el papá de Haruto? –le susurré a Minami.

~ Parece que si, y también creo que es amigo de tu papá.

Sin responderle a Minami me acerqué a papá. Lo que Minami decía era cierto. Papá y el señor gigante se conocían de antes y eran muy amigos.

~ Papá, ¿conoces al señor gigante?

~ ¿Señor gigante? ¿Te refieres al papá de Haruto? Es mi amigo, desde la universidad. Hace un tiempo que no sabía nada de él. Salúdalo.

~ Hola señor gigante que es el papá de Haruto –le dije intentando sonreír.

Él se rió antes de contestar.

~ Hola Hikari.

Luego de que me saludó, salí corriendo hacia donde estaba Minami. Mi papá se despidió de su amigo y de Haruto, y yo me fui con Minami a seguir jugando hasta que la fueran a buscar.

Quedaban dos días para entrar a clases, y yo no quería. Era muy aburrido y tendría que hacer muchas tareas. Y lo peor de todo era que no podría juntarme todos los días con Minami.

Meses después...

~ Hikari, préstame un lápiz –me dijo Minami.

~ Ya te presté uno en la mañana y no me lo devolviste.

El tiempo había pasado muy rápido y ya estábamos casi en verano. Estaba muy ocupada con el colegio, pero eso no significaba que no tuviera tiempo para jugar. En la clase de arte teníamos que dibujar, así que estaba haciendo muchos dibujos de todo lo que me gustaba. Era muy divertido y me relajaba. Con Haruto nos seguimos juntando, pero no tanto como antes, porque él también está ocupado con su colegio; aunque eso no significa que no siguiéramos siendo amigos. Hace un poco más de un mes había cumplido ocho años.

Pasaron otras semanas y ya estábamos de vacaciones de nuevo.

El último día de clases me había ido a buscar mi papá, lo que me pareció bastante raro. Siempre iba mamá, o yo me iba con Minami, pero no papá. Él estaba muy ocupado con su trabajo.

~ Hoy irá Haruto a casa. También irá Minami para que aprovechen al máximo sus vacaciones.

~ ¿De verdad? ¡Que genial! Por fin una tarde divertida. ¿Y por qué viniste tú a buscarme? Pensé que iba a venir mamá.

~ Porque tengo el día libre, así que quise pasar un rato con mi hija favorita.

~ Pero si soy tu única hija.

~ Entonces quería estar con mi hija única favorita.

Los dos nos reímos y entramos a casa, cuando habíamos llegado. Después de un rato llegó Minami y después llegó Haruto. Pasamos toda la tarde jugando, como la hacíamos cuando nos conocimos. Incluso fuimos al parque que tanto nos gustaba. Mientras estábamos en el parque empezando a hablar de cómo nos había ido en el colegio, de los profesores que nos caían mal y de nuestros amigos del colegio. Después seguimos jugando, hasta que apareció un niño que no alcancé a ver su cara porque me molestaba la luz del sol en la cara.

~ Haruto, tenías que estar en casa a esta hora. Papá ya se va y quiere despedirse.

~ Si sé, pero aquí es más divertido. Tu solo quieres que no me divierta.

~ Sabes que no es así. Papá se va de viaje por más de una semana, así que quiere decirte adiós. ¿Vamos?

~ Depende. ¿Después puedo volver?

~ Si, Haruto. Si puedes.

Un Destino con mi MayordomoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora