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Habíamos pasado todo el receso juntos. Todo el tiempo me preguntabas por qué lo hacía. Yo me limitaba a reír y a contemplarte.
Creo que era la doceava vez que me preguntabas, saqué el teléfono y puse la cámara. Apreté el dedo contra la pantalla. Te había sacado una foto. Te sonrojaste y sonreí de la ternura.
Sonó el timbre.
-No me has explicado nada.
Te mantuviste callado, luego te acercaste.
Posaste suavemente tus labios contra los míos.
Era un simple pico, pero para mí, era la explosión del universo.
Sólo por ti mi estómago ruge de esa manera, sólo por ti.

Por ti. |L.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora