get off with you; romione.

two.

Era la mañana de un lunes, todos los estudiantes de Gryffindor lucían un rostro parecido a un Zombie, entre ellos Harry y Ron.

–Harry tengo hambre–. Le dijo Ron mientras se sentaba de tirón en una butaca –¿Qué tanto Hermione se arregla?

–¿Libros?

–Buen punto–. Suspiró –Mujeres–. Susurró
–Harry que tenemos a la primera hora–. Le preguntó Ron quien miraba al techo.

–Defensas Contra Las Artes Oscuras.

–¿Porqué diablos tenemos que dar Defensas a la primera con el idiota de Snape y los de Slytherin?

–Me he estado preguntando lo mismo durante cinco años, Ron.

–¿Tienes algo planeado para Navidad?

–¿No habíamos quedado en que iría contigo a La Madriguera?

–Cierto, cierto, lo había olvidado–. Entonces Hermione bajó con su bolsa llena de libros.

–Disculpen la demora es que estaba preparando mi escrito sobre la PEDDO.

–Sí, sí como sea–. Dijo Ron quien abrió la puerta para que todos salieran. Todas las mañanas, Harry hablaba de sus sueños, Hermione le decía que se lo contara a Dumbledore y Ron le decía que se lo preguntaría a su padre. Hermione hablaba de la PEDDO, de la falta de apoyo por parte de las personas en la plataforma y de como había redactado seis páginas de pergamino acerca de la esclavitud elfica a travez de la historia. Ron bueno, el sólo escuchaba lo que tenían que decir y sólo aportaba algunas ideas cuando Harry contaba sus sueños.

–Tengo tanta hambre–. Dijo Ron quien prácticamente corrió hasta la mesa. Harry y Hermione se sentaron a la de Ron quien había empezado a servirse en un plato todo lo del desayuno.

–Yo tomaré una tostada–. Dijo Hermione.

–Pues donde los Dursley no como nada sólo las estúpidas frutas que le dan a Dudley así que aprovecharé–. Se sirvió casi o igual que Ron. El desayuno fue callado por parte de Harry y Ron ya que para lo único que abrían la boca era para meterse buñuelos.

–¿Ustedes no se cansan de comer tanto?–. Preguntó Hermione con una expresión desagradable. Los amigos solo dijeron que "no" con el característico movimiento de cabeza –Dios...–Simplemente movió la cabeza y siguió leyendo un libro que sus padres les regaló para su cumpleaños.

El timbre sonó y entonces era hora de bajar a las mazmorras. Hermione odiaba ese lugar ya que le hacía memoria de cuando Draco le lanzó aquel maleficio que causó que sus dientes crecieran sin control y que Snape la humillara al decirle que no veía ninguna diferencia. Afuera estaban Pansy y su grupo al igual que Draco, cuando llegaron los demás de Gryffindor los de la otra famosa casa común dieron juego a un sinfín de burlas entre ellas para le trio de oro.

–Esa sangre sucia porque si quiera viene aquí–. Se pronunció Pansy de entre tanta gente en especial chicas. Hermione no respondió y sólo miró mal. De repente, Snape llegó ondeando su oscura túnica y con el mismo semblante de siempre.

–Pueden entrar–. Dijo Snape arrastrando las palabras. Los estudiantes entraron en orden y fueron tomando sus asientos; Harry, Ron y Hermione se sentaron juntos.