"Como agua entre los dedos"

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"...Y sin embargo, nuestro mayor enemigo en realidad es el tiempo, por que cuando hacemos lo que nos gusta, se va tan rápido, que para el momento en que reaccionas, desearías regresarlo y poder disfrutarlo plenamente. Tristemente, esto no es posible,y nos vemos en esa situación casi a diario. ¿Es acaso que estamos condenados a vivir así?"

Cierro el libro, después de colocar el separador en esa parte que tanto me gusta. Con dos de mis dedos, sobo el puente de mi nariz y reacomodo los lentes que estoy usando. Ya es más de medianoche, los números brillantes del reloj me lo confirman. Giro un poco la silla y ahí lo veo, dormido en nuestra cama. Su rostro luce tranquilo, aunque cubierto por arrugas así como el mio, iluminado por los suaves rayos de luna que se cuelan por la ventana. Casi lo escucho decir:
"¿De nuevo leyendo ese libro?"
Pero es que nunca entenderá el verdadero motivo por el que lo leo todas las noches antes de dormir, y obviamente nunca se lo diré. No es como si fuera a confesar que en realidad se trata de mi diario, que escribí cuando éramos jóvenes, y que está completamente lleno de historias de él. Y aunque me cuesta trabajo admitirlo, me gusta leerlo porque me ayuda a recordar: el modo en que nos conocimos, las muchas veces que nos separamos, pero también las veces en que nos volvimos a encontrar; de cómo compartimos un sueño y conocimos el mundo juntos; de cómo nos dimos cuenta de lo mucho que nos amábamos y la vida que hemos llevado durante todos estos años.

Incluso escribí de cuando nos casamos y todos nuestros seres queridos estuvieron presentes. Aún tengo claro cómo competimos por ver quién llevaría el traje blanco... el cual se le veía muy bien.
Tiempo después formamos una familia. Sin embargo, incluso ellos crecieron y ahora solo somos él y yo de nuevo.
Por supuesto que el tiempo no pasó en vano. Nuestra piel está cubierta de arrugas, nuestro cabello de canas, nuestros pasos son más lentos. A veces no recordaba algo tan simple, como el lugar en que dejaba algo o el nombre de alguien, aunque frustrante poco importaba porque Haruka siempre me ayudaba.
Sin embargo, un año más tarde él se convirtió en quien necesitaba más ayuda de los dos. Sus ojos, aquellos tan profundos y azules como el océano, dejaron de brillar, todo por una estúpida enfermedad.
Incluso ahora, después de tanto, me duele recordar lo terrible que fue enterarnos de lo que sucedía. Sin nada que pudiera hacer, su vista se deterioró poco a poco hasta que la perdió. Fue difícil conseguir que no se deprimiera, pero lo superamos juntos, como todo lo demás.
Dejo mis lentes en el escritorio y me levanto para después caminar a paso lento hasta la cama y tomar mi lugar junto a él. Una vez acostado, me acerco y lo abrazo, hundiendo mi rostro en su cuello, aspirando ese dulce olor que no ha cambiado en años.

-Rin... - me llama
-Creí que dormías.-

El toma mi mano, y me doy cuenta de que la suya está helada.

-¿Cómo está afuera?
-. . . hay luna llena..-

Notó que sonríe , y así me enamoro una vez mas de él. Y siempre Mr pregunté: "¿por que, si su sonrisa es tan preciosa, la oculta tanto?"
Una vez se lo dije:

"Porque sólo sonrío para ti" me respondió.
Aunque cuando le pedí que lo repitiera me aseguró que no recordaba nada.

-Ey Haru -
-Gracias - me murmura, interrumpiéndome.
-¿Eh? ¿Por qué? -

Por un momento, se queda en silencio, pero luego siento que me besa en los labios, tomando mi rostro.
Lo miro a los ojos, aunque sé que él no puede notarlo.

-Por haberme mostrado tantas cosas que jamás había visto - susurra.

Y entonces, la mano que acariciaba mi rostro, se desliza hasta caer en el colchón.

-Haru... - lo llamo - Oye, Haru... ¡Haru! -

Lo muevo, pero él no responde, y poco a poco sus mejillas se mojan con mis lágrimas.
Tan sólo lo tomo entre mis brazos y siento lo último de su calidez. Me paso muchas horas llorando en su hombro, con el cuarto completamente a oscuras, ahora que mi luz ha dejado de brillar.
Y con el último suspiro de mi corazón le digo "Te amo", con la completa certeza de que, así como otras veces, volveremos a encontrar.

Como Agua Entre Los DedosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora