Genial. Estaba acabada. Raphael maldito hijo de..
-Oye, hola -me giré en mi lugar para poder ver quien es que estaba molestando en un mal momento como este. Un chico estaba parado en frente de la que supuse sería la puerta de su apartamento. Él, al ver que no daba señales, siguió hablando -. Me recuerdas, ¿verdad Sam?
No, la verdad.
Me encogí de hombros queriendo informarle a este chico que, bueno... no sabia quien era.
-No, perdon -mi voz era suave. Por alguna razon ver a este chico me tranquilizó. Su cabello era castaño y tenía ojos color avellana.
No recuerdo ni mi nombre...
Al ver mi reacción, rió un poco, por lo bajo -Soy Max. Te ayude con tu mudanza -hizo una pausa -. Y con la inundación de tu cocina, hace mes y medio.
De repente, la imagenes de mi cocina, completamente inundada, vinieron a mi mente. Este chico, Max, me había ayudado; hasta me ofreció cocinar en su casa, o ir a comer allí.-¡Max! -fue gracioso ver como se le iluminaba la cara al ver que lo recordaba -Si, te recuerdo. Y le di una sonrisa amable, a lo que él rió.
-Que bueno. ¿Como estas? -preguntó amablemente.
-Mmm.. bueno, no muy bien -hice una mueca -¿Y tu? ¿Haz ayudado a otras damiselas en peligro? -bromee. Max rió.
-No, solo a ti -me quedó mirando a los ojos un par de segundos. Le sostuve la mirada -¿Por qué no estas bien? ¿Cuál es el problema?
-Historia muy larga. No quiero aburrirte.
-Que bueno que amo las historias y que tengo tiempo -dudando, le iba a negar otra vez -. Tengo nuttela.
-¿En tu apartamento o en el mío?
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Mi Acosador
Short StoryPensé que él había quedado atrás, que la relación ya estaba superada. Pero al parecer, Nico nunca se fue. Él si de mi mente, pero yo nunca de su corazón. Por eso se convirtió en mi acosador.