-Por favor dime algo -suplicó Max con los ojos llorosos.
-Max, lo siento -dijo Sam -. Tu padre no merecía algo así. Pero escucha, si alguna vez de verdad quisiste ayudarme... Hazlo ahora.
-No puedo -vio a la chica colgada del techo. De verdad quería ayudarla, le había tomado cariño, mucho a decir verdad -. Si lo hago él me matará, Sam.
-¿Y si lo hace de todas formas? -alzó la voz, tirando de las cadenas - A mí me lastimará, Max. Lo más probable sea que me torture y luego de eso, tú serás el siguiente. ¡Escapemos! Ayúdame, no puedo sola.
-¿Y si nos atrapa? ¡¿Qué hacemos, eh!?
-Al menos lo habremos intentado.
La puerta se abrió, y escucharon lentos aplausos que provinieron de esa dirección.
-Wow -Nico, quien más -. No puedo creer que se les haya pasado por la mente, si quiera, el tratar de largarse de aquí.
-¿Qué quieres? -escupió Sam. Aún no creía que estuviera en esa situación -¡Por Dios, Nicolas! ¿Por qué haces esto?
-¡Yo te amaba y eso a ti no te importó! -Nico perdió la calma -Rompiste mi corazón, Samantha. Sufrí cuando te fuiste, te rogué, te lloré. Te mudaste al otro lado de la ciudad, lejos de mi.
-¡Yo no te importaba y tú a mí tampoco! -gritó Sam, llena de furia -. Ya no éramos los mismos de antes y yo necesitaba algo nuevo.
A Nico se le endureció la mirada, a paso firme, avanzó hacia Sam. La habitación que hasta hace unos segundos estaba en silencio, se vio interrumpida por el estruendo de la mano de Nicolas en la mejilla de Sam.
Ella, con claro dolor en su mirada, cuerpo y corazón, le escupió la cara. El chico se limpió y sacó una pequeña navaja. Sam se asusto en ese momento, y luego sintió como el filo de la cuchilla pasaba por su pómulo, trazando una línea de sangre en su cara.
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Mi Acosador
Short StoryPensé que él había quedado atrás, que la relación ya estaba superada. Pero al parecer, Nico nunca se fue. Él si de mi mente, pero yo nunca de su corazón. Por eso se convirtió en mi acosador.