Hace poco me cambiaron de colegio, tuve un par de problemas,me emocioné con eso de ser una chica mala y me escapé del colegio, una sola vez,pero mi mamá pensó que era motivo más que suficiente para cambiarme.
La verdad,perdí todo,estoy devastada...
Vengo de un pasado muy triste y un presente que empeora cada día más, apenas hace unos meses perdí a mi papá, y acabo de perder,por mi propia estupidez,el único lugar en el que me sentí bien en mi vida,el colegio 77.
La cosa es así: durante mi primaria,generé en mí misma ideas raras,que,lamentablemente fueron alimentadas por mi mamá y la perra de mi abuela,más específicamente,ideas sobre extraterrestres y el fin del mundo. La cosa es que una vez escribí algo así como una carta sobre el fin del mundo, miento si digo que me acuerdo qué decía, tenía como 9 años,o menos,no interesa,lo que importa es que yo tenía una amiguita que era una reverenda hija de puta y que le deseo todavía una muerte dolorosa y lenta,además de una vida llena de humillación y gente que la desprecie, y esa amiguita difundió la carta por mi grado (curso,aula,turno)y quedé destinada a ser la chica-rara-que-cree-en-extraterrestres-y-se-va-a-morir-sola y encima de eso,una vez,creo que ese mismo año,me invitaron a una pijamada y yo había dicho que yo estaba embarazada de extraterrestres,totalmente ilógico, pero siendo una nena y sin historias para contar,sentí que llamar la atención con ese relato podía ayudarme a abrir las puertas de una nueva amistad. Na,mentira,tenía 9 años y estaba aburrida, no pensé en las consecuencias,nadie a esa edad lo hace. La cosa es que las minas eran tan hijas de puta que me trataban re mal y yo estaba sola como boluda todos los recreos,en el medio pasaron muchas cosas horribles para mi Yo de esa edad. Cuando por fin pensé que todo iba a mejorar,empeoró, me cambié a otro colegio privado, y lamentablemente, esas chicas que me hicieron la vida imposible en primaria, se cambiaron al mismo colegio,así que se encargaron de seguir su trabajo en este colegio también. Casi a fin de año,a 3 meses de terminar las clases, tuve un problema económico y me tuvieron que cambiar a un colegio público, tenía tanto miedo,era un mundo desconocido para mí.
En ese colegio,los chicos me veían linda y las chicas me veían interesante, tuve mis primeras amigas que realmente valían la pena(me refiero exclusivamente a dentro de los colegios, porque afuera tengo a mi mejor amiga) esa era la oportunidad de la que hablaba de mis primeros pasos a esa reputación que buscaba. Me acuerdo perfecto del primer chico que me encaró (me pidió un beso). Fue muy emocionante porque fue durante un recreo,y no se enteró casi nadie,lo que a mi no me favorecía, quería que todos supieran que yo no era una fracasada. Y al día siguiente,me comí a uno de quinto año,cuando yo iba a primero,al tercer día de clases.
Bueno,me re fui de tema,la cosa es que tenía chicas que me caían bien,yo les caía bien,también tenía enemigas,chicas que les caía muy mal,pero esta vez de maneras muy diferentes y por razones que valían la pena,chicos. Tenia todo lo que había soñado alguna vez,todos me conocían por ser la chica nueva,los chicos más grandes querían estar conmigo,las chicas querían ser mis amigas y muchas hablaban de mi,algunas por envidia o por lo que sea,el punto es que ya no era invisible, pasé de no tener nada,de no ser nadie,a que casi todo un colegio me conociera,me sentía en las nubes...
Hasta que un día mi mamá me cambió de colegio,por más suplicas de rodillas(literal)y por más llanto y gritos y días de no comer,por más de intentar razonar con ella y amenazar con suicidarme,me cambió de colegio, y no a cualquier colegio,me devolvió al lugar que me había hecho morirme en silencio,volví a mi primer colegio,volvía a ser la rara,volvía a no ser nadie. Ahí fue que empecé a cortarme las venas, y me corté el pelo,corto,como hombre. Era un momento tan crítico y triste en mi vida,que no había espacio en mi cabeza para otras cosas que no fueran odio y dolor,nunca llegué a odiar tanto a alguien, ni a mi "amiguita" que arruinó mi primaria,ni a mi papá por borrarse de un día para el otro,nada de eso era comparado con el odio que sentía por mi mamá.
No entendía y tampoco entiendo ahora cómo alguien que dice amarte no hace nada cuando te ve llorar todos los días, no entiendo cómo no hace nada tu propia mamá cuando te ve cortandote, cuando te ve al borde de la locura,estuve a punto de suicidarme, no iba a perder nada, porque ya no tenía nada. Hubo una sola cosa que me salvó y entendí que eso era lo que me iba a salvar toda la vida,yo.
Me prometí a mi misma algo,y para cumplirlo tenía que estar viva por un largo tiempo más. Prometí que iba a crecer para ser mucho mejor que mi mamá en todo, iba a lograr ser lo que quería ser,iba a terminar la carrera terciaria que haya elegido y ,sobretodo,iba a ser buena madre,iba a escuchar a mi hija como ella no me escuchaba a mí.
Pero lamentablemente para mí, las cicatrices ya estaban, tanto en mi cabeza como en mis brazos, y cortarse,aunque parezca un terrible pelotudez,es muy difícil de dejar, es como un vicio,estas mal y lo haces,te hace sentir mejor y de repente ya no lo podes controlar,más que al dolor,te haces adicto a la sangre, es hermoso ver cómo corre la sangre por tu muñeca,mis primeras veces fueron muy poco profundas,casi no había sangre y me daban impresión, pero después, empecé a cortarme con la navajita de la depiladora, e incluso mientras la iba desarmando sentía desesperación porque partes de metal y de plástico se incrustaban en mis dedos y rompían mi piel haciéndola sangrar,y,sinceramente,me encantaba. Cuando empecé a cortarme más profundo, se hacían charquitos de sangre abajo mío y eso me hacía pensar en lo lejos que había llegado. Una vez,una de las últimas veces, me corté tan profundo, que sangré y manché las sábanas, el piso, mi remera, todo,todo estaba rojo,tuve miedo, porque la sangre no se cortaba y ya había perdido mucha,me tuve que envolver la herida en una remera que tenía,que se manchó en 2 segundos casi completa. Fue muy difícil para mí dejar de hacerlo, y Bruno fue la principal ayuda que recibí, capaz porque era el único al que dejaba ayudarme.
