III

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Al irme de casa de Jason la mañana siguiente me acordé de que no avisé a mi madre de que me quedé allí a dormir, debería estar muy preocupada... Si es que seguía consciente...

Aunque ella no lo supiese su madre seguía consciente, aunque no por mucho más tiempo, le iba a conceder un último deseo, cosa que no acostumbro a hacer, pero esque esta niña me transmite algo que no puedo deducir, a lo mejor es curiosidad, o simpatía, o envidia o admiración, no lo sé, pero quiero seguir descubriéndolo; el último deseo de esta pobre mujer es despedirse de su querída hija y así será.

Llegué a mi casa y sorprendentemente solo había silencio, ni un ruido, como nunca antes había visto mi casa. Me asusté, me asusté mucho; me temía lo peor. Subí a la habitación en la que se encontraba mamá y allí estaban todos: Alex, Pauline y papá rodeando a mamá con lágrimas en los ojos y sonrisas falsas en la cara; me acerqué, la besé en la frente, le dije cuanto la quería, la abrazé y le estuve hablando por mucho rato hasta que finlamente se fue y allí todos nos derrumbamos. Creo que Pauline era la única que no acababa de entender lo que pasaba, era solo una niña, crecería sin una madre, no sabría lo que es tener su amor, a pesar de sus enfados, sus 'regañinas', sus 'ten cuidado' y su sobreprotección, el amor de una madre no se compara con nada. La amo por eso no dejaba de gritar y de llorar a lágrima viva. Me fui de casa, corrí y corrí hasta llegar al bosque donde de pequeños Alex y yo construimos una casa en un pequeño árbol, subí y me escondí por mucho rato. No podía dejar de llorar, no era capaz de asimilar su pérdida, ni imaginarme una vida sin ella. No asimilaba el echo de que ya no estaba y lo peor, que ya no volvería. En ese momento se me pasaron por la cabeza todos los recuerdos vividos con ella desde que era una niña hasta hoy mismo; recordé el día en el que me enseñó a ir en bicicleta, como me caía y lloraba y ella me levantaba mientras decía 'si te caes te levantas' y eso hacía con la bicileta en su día y seguí haciendo hasta ahora, también recordé el día en que cumplí 10 años que me dijo que ya era toda una 'mujercita' por haber llegado a la década, o mi primer corazón roto llorando en su regazo mientras me acariciaba el pelo y decía 'todo saldrá bien cariño, eres fuerte, recuérdalo' seguí recordando cada uno de ellos y me hacían derrumbarme más, llorar más y gritar más hasta que finalmente acabé durmiendome a la vez que lloraba.

Esa niña me daba lástima de verdad, casi me enterneció verla así, pero como ya he mencionado anteriormente, la vulneveralidad no lleva a ningún lado, si fuese vulnerable, no conseguiría mi propósito y nadie me impedirá lograrlo; y menos una pobre niña húerfana de madre de 17 años. Me acerqué a su madre, le absorví el alma e hice lo que llevaba haciendo desde hacía ya más de un año, me quedé su alma y la acumulé junto a las otras. Todo iba bien.

Angels to dieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora