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-¡Ya he llegado mamá! - fui directa a darle un beso a mi madre, que seguía en cama desde hacía ya dos semanas, no sé qué le pasa, de hecho, nadie lo sabe. Hay una epidemia desde hace más o menos medio año. Yo creo que dentro de nuestra sociedad nadie se esperaría eso, ya que en nuestra sociedad ya no hay ninguna enfermedad ni ninguna epidemia desde que mis abuelos eran pequeños, se solucionaron cada una de ellas metiendo a todos los que las padecían en una especie de cámaras y cuando salían parecían personas nuevas, sin ningún rastro del dolor y el sufrimiento que habían sufrido antes de pasar por 'la transformación', vaya o eso es lo que nos cuentan en la escuela porque ninguno de mis abuelos lo recuerda. Ellos nunca han estado de acuerdo con el sistema que implanta nuestra sociedad actual, ellos preferían la antigua, en la que cada persona podía expresar libremente como era y como se sentía, y aunque les duela admitirlo, en la que la naturaleza seguía su curso y las enfermedades estaban incluidas en este. Ellos creen mucho en estas cosas del destino y del curso de la naturaleza, pero ¿quién puede juzgarlos? Son viejos, nadie puede hacerlo.
-Hola, cielo. - Me contestó ella, como cada día - ¿cómo te ha ido hoy la escuela? - la escuela, otro punto maravilloso de toda maravillosa sociedad, todo el mundo dice que es buena para nosotros, lo podría ser, sí que podría, si no te machacasen cada día más para introducirte "mejor", según ellos, en nuestra "maravillosa" vida.
-Bien. - contesté yo simplemente, como siempre. - ¿Cómo te encuentras hoy, mamá? - pero ya no contestó, se volvió a dormir.

Por cierto, me llamo Ángela, sí, sí, como un ángel, aunque si soy sincera nunca he creído en tales seres fantásticos que según mucha gente son una salvación, pero para mí, no son nada; si fuesen algo ya haría tiempo que nos hubiesen venido a salvar.
El padre de mi padre era agricultor; pertenecía a Valles al igual que mi abuela paterna aunque ella era enfermera y los padres de mi madre, ambos son de las provincias del norte: Antor; trabajaban de supervisores fronterizos, así que se podría decir que soy "mestiza", no me agrada este término pero es lo que soy: mi piel no es morena pero tampoco es demasiado clara, mis ojos son grisáceos y mi pelo, ahora por los hombros, es negro y ondulado. Mis padres se conocieron en la Capital, por cuestiones de trabajo, ambos son empresarios de altos cargos, aunque no sé en que trabajan, la verdad, nunca me ha interesado.
Como toda chica de 17 años tengo a mi grupo de amigos: Leire es una chica bajita, rubia y sus ojos son de color miel; muchos chicos le van detrás aunque ella es demasiado tímida y modesta como para darse cuenta y menos admitirlo, Kiara es una chica más bien fuerte y de temperamento fuerte, de piel y cabello oscuro y sus ojos son casi tan negros como el carbón, Uri es alto, de pelo castaño y tiene unos ojos verdes que hipnotizan. Mi mejor amigo se llama Jason, es de estatura media, sus ojos azules como el agua más clara de cualquier océano, me tienen loca y su pelo castaño claro... mejor dejo de fantasear porque creo que él siente algo por Leire, pero no puedo juzgarle, es muy guapa. Llevamos todos juntos desde los 3 años, en la escuela inferior de Claros y desde entonces somos inseparables ahora debemos tomar caminos distintos porque cada uno ejercerá una profesión distinta para ayudar a la nuestros superiores de Capital o en cualquier otra provincia. Yo creo que aún no tengo decidido qué quiero ser, pero ¿qué más da? Queda poco más de medio año, aún hay tiempo.

- Me voy mamá, descansa. - y le di un beso en la frente.
Fui a ver a mi padre que estaba en el jardín con mi hermana pequeña Pauline y mi hermano mediano Álex, jugando a pelota.
- Papá, creo que me iré con mis amigos a dar una vuelta y luego me pasaré por lo de los abuelos. Cuida a mamá.
-De acuerdo. - Me dijo y cuando me dirigía hacia la puerta escuche un susurro que decía - lo haré, siempre lo hago.
Me dirijí hacia la casa de Jason, me apetecía estar un rato a solas con él, ultimamente está muy ocupado planeando su elección ya que cumple los 18 dentro de un mes y medio y debe elejir a que quiere dedicarse. No se nos permite pedir consejo a menos que sea una ocasión concreta, y él la solicitó, pero no permitieron que yo le ayudase, para eso ya está la familia, el problema es que sus padres quieren que él sea médico y él... Él quisiera ser o bien policia o defensor de la ley (abogado), pobrecito mio, no sabe que hacer, me duele verlo así. Una vez llegué a su casa me abrió su madre, una mujer que, al igual que él, tiene unos ojos azules envidiables para todo el mundo.
-¡Hola Ángela, cielo! ¿Cómo estás?
-Muy bien Ana, me alegro mucho de verte, y tu, ¿cómo estás?
-Agobiada como siempre, pero ¿quién no lo está a la víspera de la elección de Jason...? - me respondió ella medio en broma medio de verdad.
-¡Eso digo yo! Y, hablando de Jason, ¿está en casa?
-Claro, está en su habitación, sube a verlo.
-Muchas gracias Ana.

Angels to dieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora