Capítulo trece.

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MARATÓN.

Me levanté rápido pero KyungSoo se movió primero. Apagó la televisión y mantuvo su mirada en la puerta, donde la habían golpeado. Yo lo miré a él con cierta preocupación en mis ojos, después se dirigió hacia la cocina, y yo lo seguí. Abrió la ventana de la cocina para tratar de ver algo.

- No son mis padres, eso tenlo por seguro, hubieran usado sus llaves. - Le informé a KyungSoo.

Él se quedo junto a la ventana por unos segundos, después se asomó lentamente para ver quien era.

- ¿KyungSoo...? -Lo llamé dudosa.

Él se alejó de la ventana, y escuché a mi perro ladrar fuerte por las personas, comenzó a moverse lenta y sigilosamente y me tomó de la mano, llevándome lentamente hacia las escaleras, me quedé quieta por unos segundos y después comencé a seguirlo, KyungSoo trataba de hacer el menor ruido posible. Lo llevé hacia mi habitación y cuidadosamente cerré la puerta.

- Está bien KyungSoo, ahora dime. -Le pregunté queriendo saber que pasaba, él me ignoró un momento y se asomó de nuevo afuera, por mi ventana.- ¡KyungSoo! -Le volví a decir.

Él sólo se limitó a poner su dedo índice en sus labios, haciéndome entender que guardara silencio. Caminé hacia él y miré sigilosamente hacia la ventana, mi corazón se detuvo al ver quien, o más bien, quienes eran.

- ¡Oh por Dios! ¿Por qué están aquí? ¿Por qué están esos estúpidos sujetos ahí afuera? -Le dije, casi gritando.

KyungSoo hizo un rápido movimiento y puso su mano alrededor de mi boca.

- No tengo idea. -Me susurró a mi oído.

Me soltó y de nuevo me asomé, mirándoles, eran dos esta vez. Ellos estaban caminando dando vueltas por fuera de mi casa, mirando por las ventanas y golpeando de nuevo la puerta.

- ¿Tus padres no han llamado? -Me preguntó.

- No, no desde hace... -Me quedé pensando y KyungSoo me interrumpió.

- ¡Llámalos ahora!

Corrí bajando las escaleras, mientras buscaba mi teléfono, tratando de esquivar las ventanas, tomé el traste de botanas y mi mochila y volví arriba. Cerré mi puerta y los llame, espere hasta que mis lágrimas comenzaran a formarse en mis ojos, no pudo haberles pasado nada.

Las lágrimas comenzaron a caer, al notar que no contestaban, me mandaba siempre al buzón de voz. KyungSoo se sentó en mi cama, y tomó mi mano.

- Nada les ha pasado ________. -Me dijo tratando de calmarme, después me tomó por la cintura y yo lo abracé.- ¿Qué hay de tu hermano? -Me preguntó.

Limpié mis lágrimas y de nuevo tomé mi teléfono, tratando de llamarle. Estaba casi segura de que no lo traía consigo, y no me equivoqué, nadie contestó. Tomé mi teléfono de nuevo, mientras veía a KyungSoo asomarse a la ventana una y otra vez.

- Ya no hay nadie ahí abajo. -Me avisó KyungSoo.

Caminé hacia la ventana, para estar segura, pero su carro aun seguía ahí.

- KyungSoo... -No pude terminar porque en ese momento mi perro comenzó a ladrar fuerte, como enojado.- ¡Oh, no, Leo!

Estaba a punto de salir de mi cuarto para ir a ver, pero KyungSoo me detuvo y me sentó en la cama.

- Ahora regreso. -Me dijo y salió de mi recámara.

Me quede ahí sentada contando los segundos que pasaban, y la puerta se abrió, KyungSoo volvió rápidamente y tomó mi mano, me levantó y me dirigió hacia el armario.

Enamorada de un asesino [KyungSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora