Capítulo dieciocho.

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— ¿Y qué si yo también lo quiero? —Sentí claramente la mentira entre mis palabras. 

Era buena mintiendo, pero eso no significaba que después sintiera culpa. KyungSoo literalmente quedó como estatua, no esperaba eso, nunca pensó que le podría hacer eso. Su agarre se congeló, pero también se hizo débil no podía respirar mientras veía el dolor reflejarse en sus ojos. 

Retiré sus frías manos de mi rostro mientras trataba de irme, KyungSoo estaba tan paralizado como una escultura. Le mentí, y fue una de las peores mentiras que había dicho en mi vida. Él repentinamente comenzó a respirar aceleradamente, tomó mi rostro en sus manos de nuevo y se acercó a mí. Tan cerca que pensé que iba a juntar sus labios con los míos.

— Dime que lo quieres. —Me dijo con su ya típica frialdad.

Mi esófago bloqueó el aire que apenas sentía. Sus ojos... sus hermosos ojos miraban fijamente los míos. Su nariz tocaba la mía.

— ¡Dílo! —Exclamó fuerte. 

Era lógico que no me iba a dejar ir sin pelear, eso era lo que sus ojos me mostraban. No me creyó, tampoco yo. Respiré profundamente, no podía decirlo, pero tenía que hacerlo. Abrí mi boca para decir aquellas dolorosas palabras que yo nunca podría pronunciar. Los ojos de KyungSoo hicieron todo aún difícil cuando los miré... estaban más hermosos que como aparecían en mis sueños. ¿Todo esto era por nuestro bien? ¿Podría vivir sin KyungSoo? ¿Podría aceptarlo como él era? 

Aún tenía mis labios entre abiertos para decir esas palabras. De nuevo sentí lágrimas resbalando por mis mejillas. No podía hacerlo. 
Cerré mi boca y bajé la mirada 

;KyungSoo

— ¿Y qué si yo también lo quiero...?

Dolió, me ardió por dentro. Ella se estaba preguntando qué haría si, si... si ella también lo quería. Debí haberlo visto venir, más bien, ya lo veía venir. Ella es increíblemente perfecta, cuántas veces había pensado que ella no era para mí. Detuve mis pensamientos y miré sus hermosos ojos.

Entonces me di cuenta de algo, ella estaba diciendo la verdad ... o simplemente era buena mintiendo. Había cambiado demasiado rápido, ______ no me amaba tanto como yo a ella. Una pequeña luz llegó a mi mente, como una vela en la obscuridad. Nuestros recuerdos. Llegaron a mi cabeza rápidamente.

Ella me dio la única cosa que jamás le hubiera dado a nadie, no a cualquier persona. ________ me dio su virginidad, se había entregado a mí. Sus ojos comenzaban a ponerse rojos, lo que en realidad quería era que me alejara de ella, así no tendría que venir a buscarme. Lo que ella quería escuchar era que no la amaba, así podría irse, y hacer todo más fácil.

Entonces, sus labios se entreabrieron y trató de hablar, respiré profundo, tomé con mis manos su suave y delicado rostro, acercándolo más al mío, y la interrumpí.

— Dime que lo quieres. —Le exigí.

En ese instante _______ se congeló. Vi en sus ojos también mirar al pasado, ella también me amaba en verdad, esperé a que me mintiera, sabía que lo haría. Pero si en realidad no quisiera estar conmigo, lo diría simplemente.... yo no me opondría, mis manos se tensaron. 

— ¡Dílo! —Exclamé más fuerte.

Comenzó a temblar, y respiró... comenzó a abrir sus labios, inhaló aire. Estaba a punto de decirlo, esperé.

Nada aún.

Todavía tenía sus labios entreabiertos apunto de hablar. Entonces vi más lágrimas resbalar de sus hermosos ojos mientras veía los míos. Entonces volvió a inhalar, ésta vez lo hizo con un largo suspiro. Esperé... entonces lentamente cerró su boca. Sus lágrimas bajaban ahora más rápido por sus mejillas. Ella bajó la mirada, no lo dijo... Ella no me quería lejos, me quería aquí con ella. Mi cuerpo se relajó un poco mientras el suyo caía de cuclillas. Yo caí de rodillas y la abracé... _______ estaba llorando. 

Enamorada de un asesino [KyungSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora