CAPÍTULO 2.

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Cojo la bici y me voy lo más lejos posible del instituto, de mi casa, y del mundo que me rodea.
No me doy cuenta que los auriculares siguen enganchados al móvil y lo llevo a rastras, lo cojo, me lo guardo en el bolsillo y sigo.
Llego a un descampado, ese descampado que siempre iba, que siempre íbamos.
Lo cruzo y me voy detrás de un árbol, y sin darme cuenta, una lágrima se me escapa del ojo.
Cojo mi muñeca y miro la "J" que hay tatuada, la acaricio con melancolía y tristeza, lo echo tanto de menos...
Recuerdo cuando me besaba, y cuando me decía que siempre estaría conmigo, pero esas palabras se quedaron en el aire, nunca se cumplieron.
Un ruido me saca de mis pensamientos y miro la hora, mierda, las 2 de la tarde, ¿como a pasado tan rápido? Cuando pienso en él todo va a más...
Cojo la bici y el móvil, tengo unos 1.000 mensajes, pero no los leo, no me interesan.

Llego a la entrada de mi casa, veo a mi madre preocupada mirando por la ventana, me limpio las lágrimas con la punta de mi sudadera y con suerte no me ve.
Mamá: Pero Claudia, ¿se puede saber donde estabas? Estaba preocupada, me dijiste que hoy no tardarias... -me dice preocupada y con el ceño fruncido.
Clau: Lo siento mamá, la profesora nos castigó por no hacer los deberes. -miento.
Mamá: ¿Te has comido el almuerzo?
Clau: Sí, pesada. - digo refunfuñando.
Mamá: Dejame ver tu mochila. - dice señalándola.
No le hago caso y subo las escaleras a mi cuarto.
Tengo una cara horrible, no sé como no se a dado cuenta de que estoy mal y de que no eh comido nada.
De un salto me tumbo en la cama, me deshago las trenzas y cojo el móvil.
Empiezo a pasar todas las conversaciones para ver cuál me interesa leer.
Me doy cuenta que en una de ellas pone Nadine.
No.
No puede ser.
Apago el móvil y intento dormir la siesta, porque como dicen, dormir es la mejor manera para no pensar...

Caminos separados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora