CAPÍTULO 3.

26 4 1
                                    


Me despierto de la pequeña siesta de cinco minutos que he intentado hacer, sin éxito alguno.
No puedo esconderme de los problemas siempre, tengo que enfrentarme a ellos, si no siempre seré una cobarde.

Cojo el móvil sin pensarlo ni un segundo, pongo mi inadivinable contraseña y leo por lo que mi queridísima amiga Nadine a decidido escribirme después de 1 año entero sin dirigirme la palabra;

-Emm... Clau necesito decirte una cosa...

Buah, ya empezamos con gilipolleces, paso de contestarle para que me cuente otra de sus estupideces que ella se cree que son importantes y que si me las cuenta va a salvar la humanidad o algo así.

Al ver que he leído su mensaje me llega otro, joder, que pesada es la tía.

-No me interesa lo que vayas a contarme, ah, y no me llames Clau, así solo me llaman mis amigos, y tú, no lo eres. - le escribo con desgana.

-Joder Claudia, es importante de verdad, no puedo verte más así.

Como si le importara como estoy, já.

-¿Así como?, ¿Rota por dentro por un tío que ni si quiera se acuerda de mí? - me empieza a temblar la mano.

-Está aquí, y te está buscando.

Bloqueo el móvil y lo tiro al suelo, joder, me sorprende todos los golpes que aguanta este móvil.
Ya me a jodido la mañana, sabia que no tenia que contestar. ¿A mí?, ¿Me esta buscando a mí porqué?, ¿para qué?, ¿para volver a hacerme daño o para volver a irse?.

Me levanto de la cama, echa una mierda, como siempre, y empiezo a abrir cajones al tun tun.

Saco de todo, papeles arrugados, notas, libros viejos...
Como no, está ese libro, sí, ese libro por el que empezé a buscar a mi ídolo perfecto, a ese que iba a seguirle por toda España para ver todos y cada uno de sus conciertos, y por ese ídolo que iba a dar la vida y un poquito más.

Ese libro se llamaba "Maldita adolescente",
trataba de una chica que le escribia cartas a su ídolo, pero nunca se las mandaba, y el día que va a conocerle le saca al escenario, joder, que suerte, pensé, pero siempre tiene que haber una parte mala en todos los finales felices.
Yo no busqué a mi ídolo y lo encontré, y tampoco busqué el amor, más bien ellos me encontraron a mí.

Caminos separados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora