-La gran noticia-

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Stephan

Me desperezo y veo en las dos camas que residen en frente de la mía, como mis dos compañeros de cuarto siguen durmiendo. Una idea maligna se instala en mi mente y una sonrisa me cruza el rostro. Me levanto con cuidado de no hacer ruido y cojo un bote de pasta de dientes de mi neceser. Me acerco a ellos y coloco con cuidado pegotes de pasta en sus bocas entreabiertas. Comienzo a reírme como un loco cuando veo ambas caras de asco. Peter, el hermano mayor de Adams, se lleva la mano a la boca y la aparta. Entonces se abalanza sobre mí y empezamos una de nuestras peleas mientras yo sigo emitiendo sonoras carcajadas. Adams se limita a ir hacia el baño común lanzando lamentos e insultos.

Mientras Peter se encuentra acorralándome en la pared y yo riéndome en su cara, la puerta de la habitación se abre y los dos nos volvemos para ver al Señor Jones en el marco de ésta.

Peter avanza hacia la puerta, mientras me señala de espaldas- Señor Jones, esta vez nos ha puesto pasta de dientes en la boca- Sale del cuarto.

Yo me limpio las lágrimas que se me han saltado de tanto reír y Rick me mira con unos ojos desaprobatorios- Con algo me tendré que divertir, ¿no?- Me dirijo a mi cama y salto a ésta, quedando tumbado boca abajo.

-Stephan, tengo buenas noticias- Me doy la vuelta y le miro fijamente- Ya tenemos los papeles listos para tu adopción, te vienes a mi casa, con mi familia.

No puedo evitar que una sonrisa sincera cruce mi cara. Rick, junto a los hermanos con los que comparto cuarto y Lizzie, una chica que considero mi mejor amiga, son las pocas personas a las que aprecio en este centro.

La idea de irme a vivir con Rick, que es como un padre para mí, hace que una alegría se instale en mi pecho. No recuerdo desde hace cuánto tiempo no me siento así... Tener una casa y compartirla con una familia.

Me levanto de golpe, quedando justo en frente de él.


-¿Lo dices en serio Rick?

-Completamente. Yo que tú empezaría a hacer las maletas, porque la semana que viene te mudas- Sonríe mientras me da palmaditas en el hombro y sale de la habitación.

No puedo evitar lanzar un grito de alegría y salgo corriendo al baño, donde Adams y Peter siguen enjuagándose la boca. Hay varios chicos en los servicios y otros tantos en las duchas. Yo empiezo a gritar haciéndoles saber la buenísima noticia a mis amigos, y estos dejan el lavabo a un lado para acercarse a mí y abrazarme.

***

Todo el día pasa con normalidad excepto los momentos en los que la mayoría de chicos y chicas me dan la enhorabuena por irme a vivir con Rick. Por la noche decido ir a la habitación de Lizzie, a la cual no he visto en todo el día. Cuando llego a la puerta doy unos suaves golpecitos y al cabo de unos minutos abre la puerta. Mi corazón se encoge al verla con la cara roja de haber estado llorando, y ese pelo negro atado en una coleta la cual se ve despeinada.

-Lizzie...- Me acerco a ella y la abrazo. Ella me corresponde mientras solloza en mi pecho- ¿Qué te pasa?- Digo separándome de ella mientras me adentro en la habitación. Ella cierra la puerta y se apoya en ella, mientras enfoca sus brillantes ojos en mí.

-Tú. Eso es lo que me pasa. Te vas y me dejas sola... Me prometiste que nunca me dejarías Step.

Me levanto de la cama y alargo el brazo haciendo que ella caiga a mi lado. La miro con gesto preocupado- No te estoy dejando. Nunca lo haría. Lizzie es mi oportunidad, Rick me ha dicho que puedo ir a vivir a su casa, tendré una familia. Así podré estudiar e independizarme. Por fin voy a vivir. Te prometí que nunca me alejaría y no lo haré, voy a seguir viniendo...- Me interrumpió.

-No- Levantó el dedo índice a mi cara mientras negaba- No hace falta que me mientas Stephan. Lo entiendo. Sé que vas a tener a tu familia, y sé que una vez salgas de aquí no vas a volver. Pero no pasa nada. Sólo quiero que seas feliz pero... Me duele- Dijo cerca de mi cara. Por primera vez miré sus labios, los cuales estaban entreabiertos expulsando un tibio aliento. La miré a los ojos y entonces vi que ella se había dado cuenta de mi gesto. Se acercó aún más y posó su boca sobre la mía. Me sorprendí ante tal acción, pero la correspondí.

Sus labios sabían a algo conocido, eran suaves. Sentí como sus lágrimas se ligaban a nuestro beso y me separé de ella, limpiando suavemente su cara.

-Lizzie, vendré a verte- dije firme, mientras me levantaba y salía de la habitación. No sé lo que acababa de pasar, pero desde luego no entraba en mis planes.

***

Estuve toda la noche hablando con Peter, mientras Adams se quedó dormido.

Al día siguiente Rick me recogió temprano del centro para ir a las Universidades. Yo había estudiado durante estos años, y tenía claro que quería seguir haciéndolo. La Filosofía era algo que me apasionaba, quería dedicarme a enseñar, por lo tanto Rick me guió hacia la Facultad de Arte y Humanidades.

Quedé fascinado por todo aquello, era gigante... Millones de pasillos con altos techos y muchos estudiantes que deambulaban por el espacio. Rick me enseñó las instalaciones, las cuales conocía bien porque su hija mayor estudiaba allí.

Estuvimos visitando cada rincón y finalmente, me presentó a uno de los profesores que impartían la carrera por la que yo estaba interesado. Me quedé un tiempo hablando con él y me cedió la matrícula, con los requisitos necesarios para acceder a la Universidad.

***

Cuando llegamos al centro ya era de noche y contento entré en mi cuarto, decidido a rellenar la matrícula, pero una imagen me dejó descolocado e hizo que cualquier signo de alegría se eliminara de mi cara, para dejar en ésta preocupación.



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