-¿Por qué a mí?-

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Kat 

Estoy cabreada. Me encuentro de espaldas a mí a un chico bastante alto. Al yo gritar de esa forma veo como se da la vuelta y me mira directamente a los ojos, los cuales son de un azul oscuro... Muy intimidantes.

-Que yo sepa no estoy haciendo nada malo- Me responde encogiéndose de hombros.

-Es mi habitación, así que molestas aquí- Le suelto cruzándome de brazos y frunciendo el ceño. Él se echa a reír y se acerca a mi estantería. Pasa sus dedos por el lomo de mis libros y para sobre "Hamlet" de Shakespeare. Lo saca de su sitio y me lo enseña dándose la vuelta con una mirada burlona.

-Gracias por tu bienvenida pequeño ogro- Yo levanto las cejas y cuando pasa por mi lado para salir de la habitación, lo agarro de su camiseta. Él mira interrogante cómo mis dedos lo sujetan.

-¿No pretenderás llevarte mi libro, verdad?

-Me lo llevo prestado, me gusta leer por las noches.

A decir verdad me sorprende esa contestación- Te doy 3 noches para que te lo leas, ni una más. Y lo quiero de vuelta en esa estantería- Señalo detrás de mi cabeza sin dejar de mirarle. Él vuelve a reírse de mí y sacude la cabeza.

-Tranquila, no me va eso de robar- Sin más sale de la habitación y veo como entra en el cuarto de invitados, que se encuentra en frente del mío.

¿Pero quién se cree que es para entrar sin permiso? Y más, ¿para llevarse un libro mío? Lo sabía. No me cae bien.

Me acerco a la estantería, en la cual se ve un hueco vacío, y decido coger uno de mis preferidos de Sergio Carrión, "En un mundo de grises".

Después de una media hora leyendo en mi cama, siento como abren mi puerta. Me giro y veo a mi hermano cerrándola y acercándose a mí.

-¿Lo has visto ya?- Me suelta con un sentimiento en la cara que no logro descifrar.

-Sí, por desgracia- Vuelvo mi vista a la lectura.

-Pues a mí me ha caído bien, me gusta su rollo.

-A mí no, ¿vale? Ha entrado a mi cuarto sin que yo estuviera y se ha llevado mi libro sin pedirme permiso. No me gusta la gente así y a ti tampoco debería de gustarte- Suelto frustrada mirándole.

-Eres una borde- Se da la vuelta y termina sin mirarme- Mamá dice que bajes, ya está la comida.

Me incorporo y dejo el libro en la mesita de noche con un ruido seco. Al abrir la puerta de mi habitación me encuentro con el causante de mis molestias, saliendo de su nuevo cuarto. Yo le miro desafiante y él me devuelve la mirada mientras se ríe. Le ha cogido la costumbre a reírse de mí por lo visto. Acto seguido baja las escaleras. Me quedo un buen rato en el rellano de mi cuarto y al darme cuenta de que llevo ahí demasiado tiempo, decido bajar.

***

-¿Cómo te ha ido esta tarde con el profesor Ryan, Kat?- Me pregunta mi padre mientras cenamos todos en la mesa. Por primera vez levanto mi mirada del plato y veo como todos me miran atentos.

-Ehm... Bien, me ha enseñado el temario que va a dar y me ha mandado que busque lecturas y eso- Susurro apartando los trozos de carne, los cuales mi madre sigue poniéndome en el plato, a pesar de que soy vegetariana.

-¿No te ha puesto a dibujar?- Rompe el silencio mi madre.

-Sí, bueno... Me ha dibujado él, pero se hizo tarde y no me dio tiempo de hacer nada- Veo como el tal Stephan me mira y yo aparto la mirada. No sé qué quiere de mí, pero se ha sentado a mi lado y no para de mirar atento todos mis movimientos.

-Stephan- Esta vez mi padre se dirige al imbéc** que tengo a mi lado- Podrías terminar la matrícula y mañana te acompaña Kat a la Universidad para que la entregues, ¿qué te parece?

Yo dejo de beber agua y casi me atraganto al escuchar aquello- ¿Qué?- Escucho su infernal risa de fondo. Mi padre nos mira extraño.

-Quiere estudiar Filosofía, así que estáis en la misma Facultad.

-Pero... ¿Por qué tengo que ir con él?- Le señalo con cara de asco.

-No hace falta Rick, puedo ir solito- Siento como se levanta de la mesa con su plato y cubiertos en la mano.

-Irá. ¿Verdad Catherine?- Mi padre me mira casi fulminante y yo me limito a asentir. Veo como Elliot lleva su plato a la cocina junto al tan odiado huésped. Mis padres se levantan de la mesa y nos dan las buenas noches. Me quedo en la cocina fregando y siento una presencia detrás de mí, así que me giro encontrándome con esos ojos azules y brillantes.

-Escucha, tú a mí tampoco me caes bien, ¿vale niñata? Pero tu padre sí, le tengo bastante cariño. Para mí ha sido como un padre en el centro. Tu familia me ha dado la oportunidad de quedarme aquí y no lo voy a desperdiciar peleándome contigo- Me suelta casi escupiendo con cara de enfado. Yo cierro el grifo enfadada y me vuelvo a él.

-Oye yo no fui la que empezó. Te metiste en mi cuarto sin permiso y me has quitado un libro. Sin contar que te ríes de mí, así que no haber empezado- Paso por su lado dándole un golpe en su brazo con mi hombro y subo deprisa. Me meto en la cama y me pongo a hablar con mis amigos por WhatsApp. Escucho unos pasos y veo como se cuelan unos rayos de luz por debajo de mi puerta. Sin darme cuenta me quedo profundamente dormida.



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