CAPITULO 4: ADIÓS PRISIÓN

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Sabes algo me está dando sueño, creo que acabaremos después el relato, ¿he? Que siga contándote, está bien, está bien ya estoy un poco viejo para esto ¿sabes? He ¿Qué de donde saque este diario? Digamos que lo tome sin pedirlo

¿Qué? ¿Qué porque no relata más cosas de su estadía en prisión? No lo sé su dueño era un perezoso tal vez. Bueno déjame continuar

-oye china idiota, no me digas que no tienes un plan- dijo Sougo mientras se reincorporaba

-no, aun no. solamente queda pelear hasta que ellos lleguen- respondió Kagura mientras daba un paso atrás.

Los guardias avanzaban lentamente hacia ellos y rápidamente salían más y más en algo que parecía como si no tuviera fin y de repente un ejército de "clones" con uniforme de guardia los había rodeado

-¡ay! Bueno aparentemente tu sacrificio fue en vano niño. Es hora de probar si de verdad puedo ser o no un samurái- exclamo el guardia mientras se levantaba y tomaba una de las katanas que estaba en el suelo y con un movimiento que empezó como tambaleante rápidamente se convirtió en un paso firme y en una mirada penetrante que fijo un solo objetivo que era separar la cabeza del cuerpo de Okita

-¿estas lista china?- pregunto Okita mientras se preparaba para pelear -¡SI! Exclamo Kagura mientras se acercaba a el

-oye, no me odies- dijo Okita mientras volteaba- ¿Qué? Hablo Kagura mientras volteaba a verlo.

Pero antes de que ella pudiera reaccionar, Okita la tomo entre sus brazos y cargándola miro como lentamente los guardias se acercaban -que... ¿qué demonios haces? en un momento así ¡maldito pervertido!- hablo Kagura mientras se ponía notar unas pequeñas manchas de color rojizo en sus mejillas

-bien ¿estas lista? ¡Toda suya!- grito Okita mientras la lanzaba a los guardias y los derribaba -¡qué demonios!- gritaron al unísono los guardias derivados y Kagura

Mientras Okita corría rodeando y esquivando a los guardias, al mismo tiempo que una decena de guardias acorralaba a kagura y se lanzaba sobre ella.

-lo siento esta vez salvare mi vida, algún día volveré por ti ¿tal vez? Adiós china si sobrevives no olvides mandar una carta- pero justo cuando Okita se despedía una cuchilla la cual a duras penas y por pocos centímetros pudo esquivar paso cerca de el

-bien niño es hora de bailar-sonrió el guardia mientras intentaba cortar a Okita

-bueno al fin llegue, es hora de que enseñe lo que de verdad es ser un sádico y un samurái- hablo Sougo mientras veía su reflejo en la katana que había recogido

-¿en verdad crees que dejaría esa bolsa de carne que llamo china? Ella me debe mucho mientras estuvimos aquí y me cobrare con su cuerpo de uno otro modo- sonrió Sougo mientras se lanzaba al ataque y ambas espadas chocaban

-¡A QUIEN DEMONIOS! ¡LLAMAS! ¡PEDAZO DE CARNE!- Grito Kagura mientras lanzaba a los guardias que tenía encima

-bien es hora de salir de aquí.... Juntos- afirmo Okita mientras la veía

-conmovedor, pero no creo que te debas distraerte- se dirigió el guardia a Okita mientras volvía a intentar golpearlo con la espada -contigo no es necesario que me concentre- respondió Okita mientras devolvía el golpe. Ambos se enfrascaron en una pelea en donde claro la ventaja se veía en Okita pero los ataques frenéticos y salvajes del guardia no se hacían esperar.

-bien es hora de terminar- dijo Okita mientras se abalanzaba una vez más sobre él y empuñando con gran firmeza la espada golpeo al guardia que en un intento desesperado se cubrió, lo cual simplemente fue en vano, su katana había sido mandada a volar por los cielos y él había sido derribado. Okita lentamente se acercó con una mirada amenazante -levántate- le ordeno Okita mientras el guardia con gran temor se ponía de pie de nuevo.

Pero mientras el guardia sudaba por el temor de tener a Okita enfrente la katana al fin había descendido y se había clavado justo en frente de él y con una enorme sonrisa como si los dioses estuvieran de su lado intento tomarla, pero antes de que tan siquiera pudiera tocar la empuñadura de esta Okita la corto por la mitad

-imposible- exclamo el guardia mientras retrocedía.

Okita avanzo al mismo tiempo con una enorme y demencial sonrisa. El guardia comenzó a sentir la desesperación y en acto cobarde al ver el inminente ataque de Okita puso a uno de sus guardias en el camino de la espada, pero eso no le importo a Okita que no se contuvo al atacar y una vez caído el cuerpo de aquel guardia Okita volvió al ataque esta vez lanzado dos poderosos ataques los cuales cortaron la ropa del guardia dejándolo al descubierto. Para después fijar sus ojos en el guardia y alzar su katana

-no, no por favor piedad- suplico el guardia mientras estaba de rodillas pero Okita solo sonrió y bajo la espada.. Que justo se detuvo antes de tocar el cráneo

-está bien- contesto Okita a la súplica mientras se alejaba para ayudar a Kagura pero de repente paro su andar -solo bromeaba- susurro mientras sonreía y cortaba a la mitad al guardia que caía al suelo desangrándose.

Pero mientras avanzaba pudo notar como más y más guardias los rodeaban y como Kagura a duras penas se daba abasto

-oye maldito te quedaras viendo, no piensas ayudarme- grito Kagura mientras peleaba con cada guardia que se acercaba. Pero mientras todos podían ver y escuchar a Kagura. Okita no podía, solo escuchaba un enorme zumbido y lo único que podía ver eran unas extrañas sombras borrosas producto de la falta de alimento, los golpes recibidos y el cansancio

-china no creo en las plegarias, pero creo que es hora de que ores porque solo un milagro nos salvara- deliro Okita mientras caía al suelo desmayándose

-maldición- exclamo la china mientras la rodeaban cada vez más

-¡BASTA! Esto se acabó esta pequeña prisión oficialmente está cerrada- se esucho el grito que retumbo y distrajo a todo el mundo mientras Kagura veía como una sombra que estaba encima de la pared se convertía es su salvadora.

No era otro más, si no Kondo y el resto el shinsengumi que habían venido a rescatarlos a ambos

-es hora de salir de aquí chicos- exclamo Kondo mientras sonreía

Después de eso Kagura se acercó a través del campo de batalla y de todos los enemigos a donde estaba Okita y tomándolo entre sus brazos y lo levanto y lo cargo hacia la puerta como si de un caballero y su damisela se tratara y se acercó hacia la puerta que fue al fin abierta y ambos pudieron conquistar su libertad al Salir juntos de la prisión.

Siguiente capítulo: 5 ¿cita? ¿Confesión? Qué demonios ¡boda!


El reporte de Yamazaki: código S + CDonde viven las historias. Descúbrelo ahora