Ocho

46 6 9
                                    

Regresé al lugar donde inició todo para acabar con esto de una vez.

Pero no pude, estabas ahí.

Sentada en la misma banca de color rojo. Donde te conocí por un accidente.

Aquél día iba en mi bicicleta y por observar tu belleza, aparté la mirada del camino y me estrellé con la banca.

Corriste para ver si me encontraba bien, y a partir de ese momento, la conexión en ambos fue inevitable.

Ahí comenzó todo.

Ahí terminó todo.

Y ahí estamos de nuevo.

Delirios de un poetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora