Cuatro

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Hablamos.

De esas platicas cortas que parecen eternas.

De esas conversaciones con temas estúpidos, pero cada palabra que salía de tu boca era maravillosa.

Miro con fascinación como acomodadas tu cabello detrás de tu oreja. Trate de hacerlo una vez, pero tu me rechazaste.

Me miraste con esos ojos de enojo al igual que antes. Sabía que con darte un beso, convertiría esa mirada de furia en sonrisas.

Te besé.

Me besaste.

Nos besamos.

Entonces desperté de mi sueño.

Delirios de un poetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora