Cinco

65 8 0
                                    

Despierto con lágrimas en los ojos. Recordando una y otra vez aquel sueño.

Tomo de mi mochila una hoja y comienzo a escribir.

Otro poema, que salió de mi alma y se plasmó en una pequeña e insignificante hoja de papel.

Uno más que nunca te mostraré, pero que siempre recordaré.

Enciendo un fósforo y empiezo a quemarlo. Mis penas, al igual que la hoja de papel, se consumen.

Otro día recordándote, otro día difícil.

Delirios de un poetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora