Isaac

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Ella.

Estaba seguro de que no volvería, pero allí estaba.

En el peor momento.

Sólo lo supo cuando los ojos de Candy se clavaron en su espalda.

Pero ya era demasiado tarde.

Ella ya lo había hecho. 

Y Candy ya lo había visto.

Isaac quiso correr.

Esconderse.

Gritar.

Maldecir.

Sin embargo, sólo pudo quedarse quieto.

Todo lo que le importaba, hecho añicos.

Y por culpa de sus errores

No había nadie a quién culpar

Siempre fue él

Sólo él.


MuddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora