Todo el mundo necesita un descanso de vez en cuando. Ese glorioso y agradecido período de tiempo en el que dejamos todo atrás. Las preocupaciones, los deberes y todo aquello que nos llega a asfixiar y derrotar. Es entonces cuando podemos al fin relajarnos y descansar nuestro cuerpo y mente. Sólo así logramos soportar esta agonía en la que acaba convirtiéndose, en multitud de ocasiones, la vida.Todo el mundo necesita un descanso de vez en cuando. Hasta los héroes, los vigilantes enmascarados, los poderosos vengadores, los pérfidos villanos... incluso Lobezno llega a estar harto de sacar a relucir sus afiladas garras ante todas las amenazas que se le presentan. Hay momentos en los que está demasiado aburrido de Magneto y su Hermandad de Mutantes Diabólicos. De todos aquellas personas que detestan y odian a los mutantes y también de las que los adoran. De todo el rollo de la Patrulla-X y Slim. De las guerras. De tantos años viviendo sólo para luchar. De enfrentarse a su pasado. De Arma-X. De detener maquiavélicos planes de dominación/destrucción mundial y amenazas venidas del interior o exterior de la Tierra, o a veces incluso de un pasado o futuro. Cuando siente que está harto solo tiene que pensarlo. Introduce unas cuantas piezas de ropa en una bolsa de viaje y sale por la puerta de la mansión. El Profesor sabe que el lobezno ha abandonado su madriguera. Pero está tranquilo. Sabe que volverá.
Siempre lo hace.
Logan ya sabe a donde acudir. A aquel reducto de paz que se construyó hace años en lo profundo de los bosques canadienses. En ese lugar alejado del ruido y de la gente, y en medio de la naturaleza, el mutante edificó una pequeña cabaña donde poder tomarse esos apreciados retiros.
Llevaba en la cabaña unos tres días. Aquella mañana había conducido hasta el pueblo para acudir a la tienda de comestibles a aprovisionarse para el fin de semana. No perdió la oportunidad de tomarse unos chupitos de whisky en el bar más cutre de la localidad, donde una joven y exhuberante camarera no dejaba de insinuársele mostrándole su sugerente escote, mientras rellenaba de nuevo el vaso. "Hoy no", pensó Logan sonriente mientras notaba el licor recorriendo su garganta. "Pero mañana le preguntaré a qué hora sale y si quiere apuntarse a una fiestecita privada en mi humilde morada". No dejó de pensar en ello en el viaje de vuelta. Ni cuando llegó a su refugio y se dispuso a abrir la puerta.
Fue entonces cuando lo olió.
Un intruso. Alguien se había colado en su cabaña. Dejó en el suelo la bolsa de la compra, en la que descansaban las latas de cerveza y los paquetes de pan de molde y mortadela, y preparó el puño izquierdo a la vez que giraba el pomo con la mano derecha. "Espero que estés preparado para el triple examen de próstata que te va realizar el doctor Logan", pensó mientras avanzaba lentamente pegando su espalda contra la pared. Desde la cocina le llegaba el sonido de alguien trasteando mientras tatareaba una irritante versión de la intro de las Tortugas Ninja.
Aquello fue la gota que colmó el vaso.
Sin darle tiempo a respirar, el mutante irrumpió en el lugar agarrando del hombro al intruso y estampándolo contra la puerta de la nevera a la vez que sacaba sus garras y las dirigía a su gaznate. Este, sorprendido por el ataque, dejó caer al suelo lo que tenía entre las manos.
—¡MI SÁNDWICH! —clamó en el tono perfecto para el más trágico de los dramas.
El traje rojo y negro con capucha, las empuñaduras de katanas asomando por sus hombros, esa horrible y socarrona voz... No había duda de que se trataba de...
—Deadpool. ¿¡Qué @#% $ haces aquí!?
—¿Qué pasa? ¿Es que uno no puede pasar por la zona y hacerle una visita a su colega de Arma-X? —preguntó mientras se zafaba de Logan—. Por cierto, se ha terminado el pan de molde y la mortadela.
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Marvelievable
FanfictionHistorias inspiradas en el fantástico universo en viñetas creado por Stan Lee, Jack Kirby y muchos otros grandes artistas por donde pululan fantásticos personajes como Spiderman, Los 4 Fantásticos, la Patrulla-X, Doctor Muerte y un extenso etcétera...