Reiki

Primera parte; Reiki

"El reiki es una práctica espiritual pseudocientífica (que a mi no me consta) creada en 1922 por el budista japonés Mikao Usui, adaptada y desarrollada por diversos maestros de distintas tradiciones. Usa una técnica llamada comúnmente imposición de manos o toque terapéutico como una forma oriental de medicina alternativa. A través de esta, los practicantes creen que transfieren «energía universal» (...) a través de las palmas, la que supuestamente permite la autosanación (yo nunca me he podido "autosanar") y un «estado de equilibrio» (equilibrio espiritual o al menos eso pienso). Estas creencias no han sido comprobadas por la ciencia médica moderna y el reiki no ha demostrado ser un tratamiento eficaz para ninguna afección."(A mi me salvo la vida no se que piensen ustedes).

Termine de ver la pantalla de mi laptop. Mire mi obscuro y silencioso cuarto al parecer no había nadie, pero tenía que comprobar.
Me levante de mi mal hecha cama y cerré los ojos, el ambiente era desolado y silencioso me quede allí unos segundos, estire mis manos hacia el centro de la recámara, no se sentía nada ni vivo, ni muerto, así me aseguraba de que no hubiera nadie conmigo.
- Menos mal, nadie me ha seguido - dije
Tome la laptop y la metí en mi bolsa, me puse un pantalón y una camiseta.

Tenía que reunirme con Theo, ese maldito griego que me había enseñado a usar mi reiki y el que me había metido en todos estos problemas.
Nos reuníamos todas las noches en un parque en donde se podía ver algunas personas deambulando, era uno de los mejores lugares que conocía para poder practicar nuestro - comúnmente - llamado sexto sentido-.
La verdad odiaba ese nombre, era cierto que no todos tenían esta "habilidad", pero también era bien cierto que se podía desarrollar o por lo menos el sentir a las personas.

Salí a la calle, sin antes encender la vela que estaba en el recibidor de la casa.

La pequeña llovizna hacia aún más funesto el ambiente. Me dirigí hacia el parque, al momento de salir de mi casa las almas empezaron a aparecer, aunque yo no los viera.Lo que si podía hacer era sentirlos, sentir como se acercaban, como se colgaban en tu espalda para que los llevarás contigo, como  te quitaban la energía poco a poco, el como sentías los  escalofríos o como tomaban tus pies y te trataban de jalar hacia el suelo.

Llegue al parque, la multitud de espíritus están encima de mi pero Theo ya tenía todo preparado, unas velas esparcidas por el parque y los espíritus que se irian. Aunque la llovizna afectará un poco las velas era muy leve como para apagarlas.

- ¿Estas lista para jugar un poco?- preguntó el griego de un modo sarcástico y juguetón, estirando esa gruesa y gran boca suya.
- Pasa, pasa a nuestro retiró espiritual - dijo dándome una vela y encendiéndola.
- Que graciosos Theo. ¿Por lo menos vamos a hablar o ha hacer algo interesante hoy?- la vela tintineaba mientras yo me acercaba a los columpios.

- Hola Emilie, ¿cómo has estado?- preguntó Laura.
Cerré los ojos y estire las manos, allí estaba a mi lado en uno de los columpios, su cuerpo pequeño y cristalino me era casi invisible.
Laura era una pequeña niña que había vivido en los años 30s, a unas pocas cuadras de este antiguo parque tras el incendio de su hogar (y su desafortunada muerte) decidió quedarse prendada a un viejo y ahora retorcido árbol.
- Bien y tu Lau - respondí
- ¿Aún sigues cerrando los ojos para poder verlos ?- Theo se acercaba y se sentaba en el pasto en frente de nosotras.
- Si, alguien prometió que me ayudaría a mejorar y yo sigo esperando esta mejoria -
- ¿Cómo osas venir a este lugar sin siquiera poder verlos de manera normal? -

Era mi defecto poseía todas las habilidades, pero siempre tenía que cerrar los ojos para verlos, necesitaba un mayor esfuerzo que los demás para ver el mundo espiritual.
Una médium ciega para los espíritus o al menos no de forma normal.

- Vamos deja de arrepentirte por no verlos, agradece que tu los puedes ver, no como casi todos los demás. Venga vamos a empezar - Theo empezó a juguetear con las manos practicando y finalmente dirigiendo las palmas de las manos hacia el suelo y yo lo seguí.