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Empezamos a trabajar con la tierra, si bien era cierto el reiki curaba y a veces rejuvenecía las cosas que la persona querría.
Esto consistía básicamente en mandar energía hacia la palma de nuestras manos y cuando se sintiera ese calor en ellas, sabrías que la energía salía de tu cuerpo e iba hacia el otro objeto, en este caso el pasto y la tierra.
Theo y yo rejuvenecíamos el pasto de aquel lugar, era muy especial para nosotros.
Allí nos habíamos conocido hacia casi 6 años. unos meses antes había tenido mi accidente que me dejo con un poco de amnesia.
Estaba regresando de mi colegio hacia mi nueva casa (tras la muerte de mi padre teníamos una crisis económica y por ello el cambio radical de nuestra vida), mientras yo no sabía en qué calles se ubicaba mi casa y mi amnesia, me perdí con mucha facilidad, de milagro llegue a un parque y me quedé allí un rato, al parecer ese día no fue uno suertudo para mí, por el hecho que a medida que me quedaba en el parque, mayor cantidad de espíritus tomaban mi energía, aparte de que el clima empeoraba minuto a minuto.
Demasiado débil para caminar e igualmente confundida, me quedé allí, sabía que era una idea estúpida pero ya no me podía mover, los espíritus habían tomado mucha energía de mi.
La noche casi había llegado y yo seguía allí, recargada encima de un poste de una resbaladilla.

Me sentía mal, me dolía mi cabeza y no quería cerrar los ojos por que si los cerraba los vería, para ese entonces me daban miedo que me siguieran y el hecho de saber que podía ver a gente que ha fallecido. Odiaba verlos, algunos parecían gente normal sólo que más traslúcida y pálida que los demás algunos tomaba su apariencia normal, pero otros tenían las marcas de su muerte; una bala, una cabeza rota, una fractura externa. Todo eso era totalmente horrible para una niña de 10 años.

De la nada apareció el Theo con unas velas en sus manos, a medida de que se acercaba a mí, trataba de encender las velas.
- ¿Estas bien? Necesitamos salir de aquí - encendió una vela y la puso en mis manos mientras que el trataba de levantarme de allí.
Los espíritus se alejaban de mi conforme la luz.

Me llevó jalando gran parte del camino, aunque su casa no estuviera lejos, sentía que había caminado kilómetros.

Finalmente llegamos a su casa, me dio ropa seca aunque un poco grande, un poco de comida caliente y finalmente me dormí.

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