Caminos distanciales

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El día del lanzamiento llegó, Cooper estaba nervioso pero sabía que miles de millones de personas en el mundo confiaban en él incluyendo a Brand.

Al llegar a la frívola base de lanzamiento de la NASA, Cooper se equipó con su pesado uniforme espacial azul marino, salió a la pista mientras soldados los escoltaban a él y a ella hacia la nave con el nombre "Discovery II".

Cooper pidió a los militares dejarlo salir atravesando las vallas para despedirse de su familia, algo que se olvidó de hacer; los soldados hablaron por un microchip inalámbrico al director de la NASA localizado al lado de las escaleras del Discovery II para solicitar la petición de Cooper. La respuesta fue positiva. Él se separó de la fila en dirección de su familia atravesando las vallas de protección para espectadores y familiares.

Tom: Hermano! (Cooper y su gemelo se dieron un fuerte abrazo)
Cooper: Hermano te voy a extrañar muchísimo. (Empieza a llorar en el hombro de Tom)
Tom: Ten cuidado con todo lo que vayas a hacer allá en las estrellas. (Llorando)
Cooper: No te preocupes por mí, estaré bien, se los prometo a todos ustedes familia.
Tom: (Se separan los dos) Siento mucho haberte dicho de pequeños que no fueras astronauta.
Cooper: Tom eso es tiempo pasado, no pasó nada. (Dejan de llorar, pero siguen tristes)
Cooper: Mamá, papá, los amo, los extrañaré, volveré en 40 años para volverlos abrazar a todos.
Liza (madre): (Suelta lágrimas) Cooper, hijo, te amo, ustedes son la mejor cosa que he haya pasado.
George (padre): (Triste) Vamos hijo se fuerte, hay muchas personas en aquí que confían en ustedes, Brand y mi hijo.
Cooper: Gracias. En serio los extrañaré. Hasta luego, esto no es un adiós. Gracias por todo. (Regresa a la escolta)

Brand tiene los ojos rojos llorosos, pues ella no tiene de quien despedirse y solo observa a Cooper como un héroe.

Llegan a las escaleras de la nave. Se despiden con un apretón de manos del director de la NASA -Suerte, astronautas-. Dijo su director con la mano en su frente firme como un saludo a una bandera.

Inicia la cuenta regresiva de diez segundos... El Discovery II despega a una velocidad de 200 km/h, pero después de cinco segundos alcanza los 1,000 km/h. Cruza la atmósfera terrestre, cada segundo aumenta más su velocidad hasta los 300,000 km/s (la velocidad de la luz).

Cooper observa, por el espejo como de un carro, como el planeta en el que nació, en el que se formó y en el que estudio por todo lo que estaba viviendo en ese momento, cada vez se hacía más y más pequeño al punto en que después de tan solo diez segundos ya no era visible.

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