Junio: El de después del beso

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Anteriormente: Para dar la bienvenida a Susana todos han ido de cena y después han salido de fiesta. Marcos, el amor platónico de Susana, y ella se han besado.

Lo primero que ví cuando mis labios se separaron de los de Marcos fue su cara de confusión y me alejé rápidamente. Lo peor era que yo estaba aún más confundida que él y lo único que se me ocurrió hacer fue mirar si Kevin andaba cerca. No podía dejar que mi primo se enterase de que me acababa de besar con su mejor amigo. Si fuese uno de los gemelos daría igual pero tenía que ser justo él, que me había gustado tanto tiempo. Di unos pasos para atrás mientras la sorpresa y la confusión hacían caer en picado mi borrachera como un cubo de agua fría.

Caminando para atrás, como si fuese un cangrejo, choqué de lleno con mi primo.

-Susi.-Gritó al verme prolongando la i final.- ¡Vaya cara! ¿Estás drogada o algo?- Dice extrañado.

-Claro que no, imbécil, pero estoy bailando tranquilamente y no me esperaba chocar contigo. Te había perdido de vista.-Intenté contestar con naturalidad pero las palabras me salían atropelladas. Tenía que notar algo raro en mi tono de voz, estaba segura de que lo notaría.

-Ah, pues perfecto, hasta luego, creo que he ligado.- En ese momento pensé que mi primo era oficialmente y sin solución posible tonto. Pero aliviada por dejar de hablar con él salí del local.

Cuando llegué a la calle y pude respirar tranquilamente escuché a alguien gritar mi nombre. Realmente lo que menos necesitaba entonces era hablar pero al ver que era él todo lo que se me ocurrió fue correr. Sí, correr, justamente Susana la torpe corriendo.

Corría entre gente borracha cantando, besándose, sacándose selfies... Incluso algunos me hablaban pero nadie se preocupaba de esquivar a la loca que corría. Sentía que en cualquier momento me caería, a veces no apoyaba bien el pie en el suelo aunque ni siquiera iba rápido. Si Marcos no me alcanzaba era gracias a la gente que le impedía avanzar pero yo tampoco conseguía darle esquinazo. Y de repente todas mis esperanzas se esfumaron al ver que la calle estaba en obras y no había salida.

Cuando Marcos llegó a junto de mí yo estaba apoyada en la pared intentando recuperar la respiración. Él sin embargo llegó como si hubiese estado sentado todo el rato, como si fuese perfecto y es que la verdad era que estaba cerca de serlo.

-Susana creo que deberíamos hablar ahora, antes de que los demás se entrometan. -dijo con calma.

-Pues yo creo que no hay nada que hablar, ni nada en lo que entrometerse. Si alguien pregunta solo ha sido algo de borrachos, nada más, o mejor no lo recordamos.-Negarlo era cobarde por mi parte, además de estúpido porque ya nos habían visto pero no sabía que hacer o decir.

-Pues yo no quiero olvidarlo.

-¿Qué?-Sus palabras me confundieron totalmente, él era el mejor amigo de Kevin y debería ser el más interesado en negarlo todo, sobre todo teniendo en cuenta la obsesión que he tenido con él desde..., bueno desde siempre.

-Que no me arrepiento. Vamos ya sé que a Kevin no le gustará pero ahora quiero que contestes sinceramente a esto: ¿Soy el único al que este beso le gustó?- Preguntó con una de esas sonrisas suyas de chulo y esa mirada capaz de penetrar hasta en mi alma.

No sé si fue por esa sonrisa, por esa mirada o por sus palabras,aún sigo sin saberlo, tal vez fue el conjunto de todas ellas pero le besé. Tenía que probar sus labios bien, no como en la discoteca aunque probablemente me arrepintiera mañana, lo único que importaba era que me devolviera el beso.

Nos separamos, nos separamos después de un buen rato para coger aire. Nos quedamos mirándonos el uno al otro en el callejón con los labios rojos e hinchados de tanto besarnos pero sin decir palabra. ¿Qué deberíamos decirnos? Bueno en realidad yo si sabía que debería decir, ese era el momento para decir que quería a mi novio y que esos besos eran un error. Pero no estaba segura de pensar eso

-¿Volvemos a dentro?-Fue lo único que tuve valor para decir.

Marcos asintió en respuesta con cara de decepción y me agarró la mano para ir a Brooklyn con los demás. No dijo nada pero yo sabía que aunque ni él ni yo le nombráramos ambos pensabamos en mi novio, Alex. Por supuesto soltó mi mano cuando empezamos a encontrar a gente conocida y volvimos a ser a ojos de todos sólo amigos como siempre, pero nosotros sabíamos que ya no era igual.

Por suerte Kevin había desaparecido con su ligue del día y en la discoteca sólo quedaban los gemelos y las chicas. Nos unimos a ellos y pasamos lo que quedaba de noche bailando todos juntos como siempre y evitando mirarnos mucho para que no resultase incómodo.

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⏰ Última actualización: Dec 25, 2018 ⏰

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