De vuelta al sengoku.

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Capítulo 3:

Me desperté entrada la madrugada. La ventana de mi habitación estaba abierta así que me acerqué a cerrarla.

-Pensé que había cerrado la ventana antes de irme a dormir.- Me dije a mi misma.

Me di la vuelta y vi a una persona en la esquina de la habitación.

-¿Inuyasha?- Pregunto con un tono de temor en mi voz.

-No me compares con el híbrido de mi medio hermano.-No me lo podía creer, de todas las personas del mundo, él estaba en mi habitación.

-¿Sesshomaru? ¿Eres tú?-Pregunté, aunque ya sabía la respuesta.

-¿Acaso esperabas a otra persona, humana?- Respondió mientras salía de las sombras.

-No.- Le dije mientras retrocedía un poco. Se estaba acercando demasiado a mí.

-¿Cómo has pasado por el pozo? Se supone que solo Inuyasha y yo podemos atravesarlo-Le dije, él ya estaba a solo centímetros de mi cuerpo.

-Es un secreto humana.- Susurró mientras me cogía de la cintura. Ya no sabía qué hacer o decir. Tenía al demonio más sexy de todo el Sengoku sujetándome de la cintura.

-Dime humana ¿me temes?-Me preguntó mientras que, poco a poco, se acerca a la altura de mis labios.

-No.-Le contesté yo sin más.

Él ya no dijo nada más, estábamos a solo milímetros de besarnos. Estaba dispuesta a dar yo el siguiente paso por él.

Pero....

-¡Kagome despierta que llegarás tarde al instituto!-Me desperté con el grito de mi madre.

No me lo podía creer, había soñado con Sesshomaru. Jamás pensé que llegaría a soñar con tan arrogante ser.

Después de pensar como diez minutos en lo que había soñado, mi madre me llamó.

-Kagome tienes que irte ya si no quieres llegar tarde.- Me desvestí, me puse el uniforme y me dirigí a la cocina.

-Buenos días a todos.- Dije mientras cogía una tostada y salía fuera de la cocina.

-Adiós familia, me voy.- Y salí por la puerta.

Iba por la calle, cuando me encontré con Hojo.

-Hola Higurashi.- Me saludó mientras alzaba la mano y me sonreía. Ayumi, Yuka y Eri me habían dicho qué Hojo estaba enamorado de mi.

Es una pena que yo no le corresponda los sentimientos y solo tenga ojos para Inuyasha.

-Hola Hojo, ¿quieres qué vayamos juntos al instituto?-

-En la época feudal-

Todos estaban hablando con Inuyasha.

-¿¡Qué se ha ido donde!?- Gritaba el peli-plateado furioso, ya que su segunda amada se había ido a la época actual, diciéndole a sus compañeros que él no fuese a por ella.

-Ahora mismo voy a por ella.- Pero cuando iba a salir corriendo el monje Miroku le cogió del traje.

-Mi perruno amigo, la señorita Kagome dijo claramente que no fuera a por ella, si vas sabes de sobra lo que pasara.-

Inuyasha ignoro el amistoso comentario de su amigo, y se imaginó a Kagome, dándole su merecido, y luego quedándose en su época por más tiempo de lo debido. Por lo que decidió dejar a Kagome pasar todo el tiempo que ella quisiese.

Lazos de un nuevo destino [Inuyasha//Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora