Reunión

37 5 2
                                    


En algún lugar de la ciudad, en una habitación un tanto oscura, con una mesa rectangular, se llevaba a cabo una reunión, a la que cualquier observador equilibrado describiría como un tanto extraña. Ocho personas con túnicas negras y rostros cubiertos por capuchas estaban sentados en la mesa, escuchando lo que decía un noveno extraño vestido de igual manera.

-Nos han atacado. Perdimos a dos de nuestros eslabones. Y otros dos resultaron heridos.

-¿Pero quién fue? -Pregunta otro de los encapuchados.

-Los dos sobrevivientes dijeron que eran un hombre morocho joven, y una mujer rubia también joven. A uno de ellos le pareció escuchar a la chica gritando "Carl"al otro sujeto.

-¿Dos adolescentes jugando a ser Lionel Maier? -dice otro de ellos con tono burlón y con clara despreocupación por los que acaban de morir.

-¿Quién?- Pregunta otro.

-El tipo raro, el justiciero de la prehistoria- responde otro con claro timbre de voz femenino.

-Escuchen, -interrumpe el presunto líder- puede que esto haya sido nada mas que un accidente aislado. Pero debemos ser precavidos. Estas personas fueron astutas y efectivas.

-Y también son insignificantes ante nosotros- vuelve a escucharse la voz femenina.

-No es momento para menospreciar. Lo cierto es que sabían bien lo que hacían y no sabemos si están solos o no. Y también es cierto que había pasado mas de un año sin que perdiéramos a alguno de los nuestros. Debemos encontrar a esos sujetos y eliminarlos ¡Búsquenlos, ahora mismo!

Todos se ponen de pie y se retiran en silencio. Ya fuera de la habitación, todos se separan menos dos que se alejan juntos y se quedan parados en la vereda. Uno de ellos se saca la capucha dejando al descubierto un rostro de mujer joven, casi adolescente de cabello rubio blancuzco y labios pintados de rojo brillante.

-¿Y como quiere que los busquemos? -pregunta ella. El otro también se quita la capucha. Es un hombre joven de cabello marrón oscuro crespo.

-Vamos, no es tan difícil si lo hacemos juntos.

-¿Con "juntos" te refieres a los nueve cierto?- Dice ella un tanto burlona sacando una pastilla de un bolsillo bajo su túnica.

-Claro- responde mirando fijamente como ella se traga aquella misteriosa pastilla- ¿Que haces? Jaja ¿Sigues con eso todavía?

-Pues sí, una vive prácticamente drogada-. Y se aleja.


A Gamma le había gustado Erica cuando Carl se la presentó. Pero también quedó un poco admirado y sorprendido por su mentalidad. Ahora estaban hablando, tratando de sacar conclusiones sobre sus némesis y sus"pasatiempos".

-¿Y entonces? ¿Que fue de ellos?

-Ya puedes imaginarlo Carl -dice Gama- murieron.

-Sabes mas de estas personas de lo que nos estás contando- dice Erica un tanto impaciente.

-Es cierto, Gama debes contarnos lo que sabes, nos ayudarías mucho-. Gama parece meditar un momento lo que dice Carl.

-Está bien... -se toma varios segundos para continuar- Hace mas de cinco años surgieron varias mafias y sectas, de las cuales había solo dos que eran poderosas. Se enfrentaron entre ellas, pero después de dos años de lucha y muertes, quien sabe por qué, se unieron formando una nueva secta muy poderosa. Así surgió La sociedad.

-Bueno ¿son una secta o una mafia?- pregunta Carl.

-Ambas, lo que ocurre es que hay sectas que ya no son como antes; éstas pueden mezclarse y relacionarse con la sociedad sin problemas, sin que los descubran, no son personas que viven encerradas, ocultas del mundo o algo así. Estas personas tienen una vida dividida en dos partes complementarias: la vida social y la vida espiritual. Seguramente ganan dinero de formas repugnantes como vender drogas, matar personas por encargo o cosas así. Esto forma parte de la vida social. En el resto del tiempo tienen reuniones, siguen sus propias costumbres, reglas o rituales, sean los que sean, esto forma parte de la vida espiritual.

-Esos malditos -dice Erica- ¿Y tú que problema tienes con ellos?

Gama la observa fríamente. Acababa de conocerla, tal vez no debería decirlo, por mas confianza que le tuviera Carl -...Ellos mataron a mis padres.

-Oh, ¿en serio?...Disculpa.

-No te disculpes Erica, no es tu culpa después de todo...

-Bien, -dice Carl- entonces deberíamos...

-Busquen a Romani.

-¿Quien es ese?-pregunta Carl intrigado- ¿Y para que lo necesitamos?

-Es un sacerdote católico, ha participado en exorcismos y sabe mucho de esta clase de sectas con las que se ha enfrentado cara a cara más de una vez.

-Y él ¿podrá ayudarnos? -pregunta Erica.

-Por supuesto, es un sujeto parecido a Maier.

-¡Maier! Lo conocí hace años.

-¿Que dices Erica, lo conociste?

-Así es Carl, estaba en prisión.

-Sí, -dice Gama- oí que murió hace cinco años.

-Baya, -Erica parecía asombrada- bueno, debo irme.

-También yo; Lionel Maier, quien lo diría.

Carl y Erica salen por la puerta después de despedirse de Gama, quien sólo responde al saludo con un leve movimiento de cabeza. Caminan por la vereda de la calle.

Empezó a llover, apenas, unas gotas esparcidas.

-Bueno, ahora buscamos aun tal Romani...-dijo Carl por decir algo. Erica asiente en silencio y deja pasar unos segundos para cambiar de tema.

-¿Te gusta la lluvia verdad?

-Ah, se... a veces.

-Me trae recuerdos- dice Erica mirando hacia arriba.

-¿Sí? ¿Que recuerdos?

-¿Donde está tu madre?

-En Santa fe... ¿Y tu familia?

-No sé... -llegan a la esquina de la calle en la que deben separarse.

-Bueno, debo irme, nos vemos-. Pareció querer decir algo.

-¿Hay algo que quieras decirme?- lo mira fijo.

Ambos se miran fijo, y entonces se besan sin pensarlo más, como si de eso dependieran sus vidas, y tal vez así era.

-Ya... debo irme- dice Carl. Erica lo mira y sonríe maliciosamente.

-Bien, nos vemos-. Se separan.

Tres minutos después, Carl llegaba a su casa corriendo en la lluvia con el corazón golpeando como un tambor, alegre, había recordado como era aquello.

Erica, caminaba por un callejón sin apuro, cantando un poco atontada por esas cosas de los romances.

"El cielo está cansado ya de veeer la lluvia caer

y cada día que pasa es uno máaas parecido a ayer

no encuentro forma alguna de olvidarte por qué

seguir amándoteeee es inevitable."


Ambos se acuestan pensando en el sujeto llamado Romani, al que deben encontrar, y a lo largos que serían los días siguientes.





Vidas siniestras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora