Capítulo 11
"Dos opciones"
No podía dejar de pensar en lo que Bulma me había dicho: echaríamos a Trunks, nuestro propio hijo del futuro. Si le decía la verdad, si le confesaba que él me había atacado porque yo lo obligué y que todo era parte de un plan para volver con ella... jamás me perdonaría semejante mentira; me reprocharía que cómo fui capaz de meter a su hijo en algo así. Y puede que tuviera razón, después de todo, causé que su relación de madre e hijo pasara de perfecta a un desprecio unilateral por parte de la mujer. Pobre, pobre Trunks.
A la mañana siguiente me encontraba sentado en el césped cuando Trunks, el del futuro, se acercó a mí, bastante más animado que los últimos días.
—¿Sabes, papá? Por fin creo que las cosas van a mejorar —dijo, decidido.
—¿Por qué lo dices? —pregunté, intrigado.
—Hoy mi mamá me preparó el desayuno —sonrió— Además me encontré con el señor Gokú, de seguro él ha hablado con ella y le ha convencido de que es tiempo que volvamos a la normalidad...
—¿Kakaroto ya está aquí?
—Sí.
—Trunks, tal vez... tal vez...
—¿Te pasa algo, papá?
—No, no es nada.
Mi hijo se marchó. Intenté hablarle, pero no pude. Pobre muchacho, él estaba seguro de que Bulma iba a perdonarlo, pero en realidad iba a pedirle que se fuera. No pude decírselo, no tuve el valor de decirle que su madre lo detestaba tanto. Sentí un sudor frío y un leve mareo, al parecer aún no estaba recuperado por completo... o en el peor de los casos lo que sentía era culpa.
No pasó ni media hora cuando el padre de Bulma me pidió que me dirigiera a la sala de estar, donde ella, Kakaroto y Trunks me estaban esperando. Sentía mi corazón palpitar muy rápido ¿Qué pasaría si a Trunks se le ocurría decirle la verdad a Bulma en un momento como ese? Esa era un arma mortal que el chico podía usar en mi contra. Y aquello sí que resultaría desastroso.
Entré en la habitación. Trunks bebía un vaso con jugo de naranja con expresión de tranquilidad, seguramente esperando el perdón de su madre. Kakaroto jugaba con Trunks bebé, poniendo caras muy estúpidas. La terrícola me recibió con una tibia sonrisa.
—Ya estás aquí. Ahora podemos empezar a hablar.
Kakaroto puso al niño en su cuna y se sentó en el sofá junto a Trunks, con un semblante más serio de lo habitual. El ambiente estaba muy tenso, y aun así parecía que el muchacho no lo notaba.
—Trunks, he pensado mucho en lo que ocurrió entre tú y tu padre. Y no quisiera que eso vuelva a suceder —sentenció Bulma.
—Lo sé, mamá, y te aseguro que eso jamás se va a repetir.
—Sí. Y me encargaré de eso.
—¿A qué te refieres? —preguntó el chico, desconcertado.
—Tuve mucho miedo con lo de tu padre. Creí que no sobreviviría... y no quiero tener que sufrir lo mismo porque ataques a tus abuelos, a alguna persona que pase por la calle o incluso al pequeño Trunks. No me arriesgaré a eso.
—¿Podrías ser más clara? La verdad no te entiendo...
—Trunks —intervino Kakaroto— Lo que tu madre quiere es pedirte que te marches, que regreses a tu tiempo.
—¿Qué? —exclamé el joven, sorprendido— Mamá, por favor, no me hagas esto...
—Lo siento, tú te lo buscaste. Quiero que te vayas y que no regreses nunca.
Tanto Bulma como Trunks intentaban contener las lágrimas, aunque la mujer no tuvo demasiado éxito. Kakaroto puso su mano en el hombro de viajero del futuro, quien parecía bastante perturbado, mientras yo sólo quería salir huyendo de esa situación tan incómoda, por cierto, causada por mí.
—Mamá... —dijo Trunks, tratando de mantener la calma— ¿No podrías reconsiderar esto?
—Trunks, para Bulma es muy difícil. Por favor no insistas —agregó Kakaroto.
—Papá... ¿No vas a decir nada? —me increpó el chico, con angustia.
Por un segundo mi mente se detuvo y pensó en mis opciones: podía decir la verdad, lo que acabaría con mi relación con Bulma y me dejaría justo en el mismo lugar donde estaba antes de la llegada de Trunks, o bien podía estar de acuerdo con ella y mostrarme como un hombre que cuida de su familia y quiere protegerla a toda costa. Suspiré; haría lo único que me convenía, el camino sencillo, total, aún me quedaba el otro Trunks, al que esperaba no tener que traicionar.
—Tu madre ya lo decidió, así que déjate de lloriquear y obedece —respondí, de mal humor.
—Pero papá...
—¡Ya basta! —vociferé, despertando al bebé.
Bulma rompió a llorar y cogió al pequeño y lo abrazó fuertemente, mientras Kakaroto volvía a las caras estúpidas para parar el llanto del menor. Salí de la habitación a paso rápido para no encontrarme con nadie, pero antes de llegar al jardín alguien me sujetó del brazo.
—¿Cómo pudiste hacerme algo así? —me gruñó Trunks.
—Deja de victimizarte, después de todo casi me matas —reconocí.
—Tú deja de hacerte la víctima, yo sólo te ayudé porque me obligaste, y ahora ni siquiera eres capaz de defenderme delante de mi madre.
—Desde el principio te dije que Bulma no podía saberlo. Debes atenerte a las consecuencias como un hombre, no eres una niñita.
—Mi mamá me odia, y es tu culpa ¿No piensas hacer nada?
—No —bufé— No haré absolutamente nada: el plan resultó de maravillas. Lo demás solamente son detalles sin importancia. Además, tú ni siquiera eres de esta época, no tienes nada que hacer aquí...
—Vine porque tú me llamaste ¿Ya se te olvidó?
—Claro que no, pero ya se resolvió el problema, así que puedes irte —dije dándole la espalda— Y, por lo demás, es mejor que no vuelvas.
—Eres... eres un cobarde... —pronunció, con la voz quebrada.
—Ya déjame en paz —respondí, marchándome a mi habitación.
ESTÁS LEYENDO
Si buscas alguien que te trate mal... Cuenta conmigo
ФанфикLa pelea con Cell había terminado y la vida de los guerreros Z volvía a la tranquilidad, pero... Uno de los luchadores no sabía muy bien qué hacer, pues no tenía amigos y nunca ha consideró a su "familia" en sus planes... "Tras la pelea con Cell no...