Capítulo 3: La Primera Noche

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Mi madre siempre tenía algo que contar, una anécdota, un cuento, una historia. Recuerdo las noches en las que solía cantar porque Dean y yo no podíamos dormir.

Pero esta noche no. Ella no está aquí y justo ahora comparto "la habitación" con otras 9 personas -en realidad es una tienda- y hace mucho frío. La luz de la candela debe ser apagada a media noche y según mis cuentas eso será pronto.

Después de la Selección nos dieron una tienda por grupo, cada grupo fue llamado por la letra inicial de sus apellidos, la nuestra es Z. Fuimos los últimos en todo, la Selección, la comida, las tiendas, la luz, el equipo, la ropa y lo más importante, nuestro guía. Es una mujer, aproximadamente 24 años, cabello castaño de ondas sueltas, alta, delgada, muy bella; su nombre es Lynn.

Lynn nos explicó únicamente el proceso inicial, hoy acampamos en el centro pero dijo que mañana partiremos a los refugios de entrenamiento en los bosques.

-Mañana sabremos si tienen lo necesario para sobrevivir- suspiró y continuó, -lamentablemente, no todos lo lograrán. Les deseo suerte.- nos dio una tranquilizadora sonrisa y se fue a dormir.

Supongo que tengo miedo. Recuerdo haber tenido miedo una sola vez en mi vida, recuerdo haber llorado pensando que Dean se había perdido. En Kov, el mercado es un lugar cerca del centro al que todos asisten en domingo, mi madre me había pedido que tomara de la mano a Dean mientras ella buscaba una liebre fresca. De un momento a otro Dean ya no estaba a mi lado, lo busqué en todas partes, cuando me dí por vencida busqué a mi madre mientras mis lágrimas caían sobre mis mejillas y le expliqué lo que había sucedido, unos minutos después encontramos a Dean sentado en la Gran Fuente del centro llorando perdido. Tomé una bocanada de aire y lloré hasta que volvimos a casa. Cuando volvimos a casa, le ofrecí una disculpa a mi madre. Yo no podía dejar de llorar. Sin embargo, mi madre, dulce consuelo de mi aflicción, me dio un abrazo y tranquilamente me contó la historia del arco iris más inmenso que el cielo había visto.

"Existió una vez el arco iris más inmenso que el cielo había visto. Era hermoso. Aunque claro, las nubes lo odiaron de inmediato, pues era el resultado del sufrimiento y llanto de éstas".

En ese momento no entendí lo que trataba de decirme. Años más tarde lo comprendí y cada vez que estaba al borde del miedo, recordaba lo hermoso que el arco iris lucía después de un momento de lluvia.

Pero hoy no funciona, tengo miedo. No tengo a mi familia y no conozco a nadie aquí, excepto por Claire, pero no me dirigió una sola palabra hoy. Supongo que tendré que buscar otra manera de enfrentar el miedo. Necesito aire.

En silencio me dirigí a la salida de la tienda. Tomé mis nuevas botas y mi abrigo y salí a respirar el aire fresco que siempre hay en Kov.

Afuera, todo es silencio. El cielo se ve hermoso, pero no luce como siempre.

-Hola- dijo alguien detrás de mi - ¿Cuál es tu nombre?-
De inmediato sentí miedo, pensé: ¡Oh no, me descubrieron!

Lentamente me di la vuelta y lo ví, estaba justo ahí, lucía como un ángel.

-Ana- dije, - Ana Zy, pero todos me dicen Annie.

Oh por Dios, en serio dijiste eso. Nadie te llama así, sólo tu madre. TONTA.

-Adam- susurró, -Adam Zet, pero puedes llamarme Addie. - dijo extendiendo la mano.

Los dos rompimos en risas. Es gracioso, me encanta.

-Es una broma- dijo aún sonriente - No tengo un nombre lindo, sólo Adam está bien.

Oh, piensa que Annie es lindo. Bien.

- Ok. Sólo Adam, es un placer.
- ¿No tienes frío? - preguntó sorprendido.
-No. - dije en respuesta - Necesitaba algo de aire fresco. No puedo dormir.
-Yo igual- dijo y pude notar su miedo.

También siente miedo.

- ¿Extrañas a tu familia? - solté sin más.
-Mmmmm creo que si. No lo sé- dijo, pero era obvio que no.
-¿Vives cerca del centro?- Pregunté.
- Nope, vivo justo al lado de Claire. Penúltima colina a la derecha- sonrió - ¿Y tú?

Luego de reír dije, - Sip.-
Y eso fue todo. No dijo nada más, pero no importó, yo agradecí el silencio.

Rápidamente, me tomó del brazo y me llevó tras unos arbustos. Tapó mi boca con su mano.
-Shhhhhhhhh- dijo. Un guardia con una linterna vigilaba que nadie estuviera fuera de las tiendas. Después de una rápida revisión volvió a su tienda.

Adam quitó su mano de mi boca y suspiró.

-Creo que deberíamos dormir un poco, mañana será un día largo. -dijo.

Asentí con un movimiento rápido de cabeza y de inmediato ya estábamos frente a la tienda.

-Buenas noches- susurró en la oscuridad y posó su mano sobre mi mejilla, rápidamente la tomé con mi mano.

-Buenas noches- contesté. Soltó mi rostro suavemente y se introdujo en la tienda. Respiré y vi al cielo, después de todo si lucía muy hermoso.

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