De Vista Y Por Insta.

II

Escucho pasos bajando por las escaleras, pero no miro, no quiero que dejen sola a la pobre chica, pero, es en vano.

-¡Jorge!
-Shhh- digo poniéndome el dedo índice sobre los labios para indicarle que no hablara.
-Jorge- dice ahora entre susurros- ¿Qué haces aquí? Y, ¿quién es esta?
-La he visto llorando y... No la podía dejar aqui- explico.
-Si, si...- dice con una sonrisa pícara- me ha pedido la profe que viniera a buscarte, ¿qué haces, vuelves?
-No, yo me quedo aquí, no la voy a dejar sola.
-¿Qué le digo yo a la profe?
-No se tío, inventa alguna excusa.
-Bueno, lo intentaré.
-Gracias, te debo una.

Al fin vuelve la calma, solo se escuchan las fuertes respiraciones de Ali, yo la aprieto contra mi pecho de vez en cuando, para que se de cuenta de que no está sola.

Un bueno rato después, noto que ya está más calmada.

-Bueno, ¿me vas a mirar ya?
-¿Quién eres?- pregunta aún con la cabeza en mi pecho.
-Jorge.
-¿Qué Jorge?

Levanta la cabeza hasta llegar frente a mi rostro y, seguidamente se aparte de golpe, como si tuviera un resorte.

-¿Qué ocurre? Que solo soy yo.
-P-pero... Tu...
-¿Qué pasa? ¡Sólo soy yo!
-Perdóname.
-¿Por?
-Por haberte hecho perder clase y por llenar tu camiseta de lágrimas.
-Venga anda, no seas tonta, que sea la última vez que pides perdón por una tontería así, ¿me oyes?
-Vale, entendido.

Es muy mona y, verla impotente me lo parece más. No puedo resistirme a acercarla de nuevo a mi y darla un fuerte abrazo.

-Te has olvidado.
-¿De qué?
-¿Ves? De lo de tus padres, eso significa que te sirvo de ayuda.
-Es verdad. Aunque me ha vuelto a la cabeza.
-Bueno, ya te he dicho que me tienes aquí para lo que quieras.
-Gracias, de verdad.

Me sonríe, la miro a los ojos. Esos que tiene marrones pero, que al llorar se le ponen verdosos, tiene la cara húmeda de las lágrimas, la nariz roja, los ojos del mismo color y una sonrisa de júbilo que me dedica, después, se vuelve a acurrucar a mi lado y se apoya en mi, es adorable.