-Como podrá entender es difícil conseguir a magos o brujas, como es en su caso, que apoyen tan fervientemente a nuestro Señor –decía alegremente el Ministro de Magia a su acompañante. –Muy bien, sabrá que esta prueba es solo parte de uno de los tantos requisitos y el ultimo que usted debe cumplir para entrar en Hogwarts e impartir clases de Artes Oscuras...
La mujer asentía suavemente con una sonrisa en el rostro. Se le notaba complacida con las palabras del Ministro.
-Lo sé, no pueden permitirse el lujo de incluir a cualquiera que profese estar con el Señor Oscuro, podría ser un espía o peor, un amante de impuros –decía eso último con desagrado.
-Me alegra que podamos entendernos –mientras caminaban, entraron en un silencio cómodo que fue interrumpido por unos gritos al otro lado del lugar.
-Es imposible... incompetentes mal nacidos –gritaba una figura encapuchada, un mortifago de alto rango pensó la mujer. -¿Cómo pudieron perderle la pista a la sangre sucia? El Señor Potter no estará contento, solo por eso podemos todos, incluyéndolo a él, recibir un castigo severo.
-Lo sé, Parkinson... -expresaba con preocupación a quien reconocía como un grupo de aurores, todos adeptos a Voldemort-, pero es escurridiza. Además de muy ágil al momento de conjurar hechizos no verbales –se excusó el auror con voz temblorosa.
-¿Cómo tan siquiera...? –Guardó silencio al percatarse de la presencia de los dos magos.
-Ministro... -dijo sin más el auror, su rostro se había vuelto más pálido si eso era posible.
-Buenas tardes, les agradecería dejar sus riñas para otro momento –gruñó el brujo con desdén-, esta no era la bienvenida que imaginaba para usted Galatea.
-No se preocupe, Nott –su voz era armoniosa y muy hermosa. –Entiendo lo molesto que pueden ser los sangre sucia... pero aun no comprendo como un una visión tan perfecta conlleve a desastres como estos –comentó señalando tanto al auror como al mortifago. –Entiendo que la lealtad es primordial, pero explíqueme auror Andrews ¿Cómo una maldita escoria puede ser más ágil que tú? –Ahora su voz no era tan melosa, era casi amenazante.
-No te preocupes, Galatea, de esto se enterará nuestro Señor –murmuró Nott amenazadoramente antes de girarse curiosamente hacia la joven bruja que aun miraba con desagrado a los brujos que tenía al frente. –¿Cómo supiste su apellido?
La rubia esbozó una sonrisa ante el desconcierto del Ministro y respondió: -Es difícil no estar familiarizado con las artes oscuras cuando vienes de un largo linaje de pureza –murmuraba con orgullo. –Mi hermana y yo manejamos con excelente pericia muchas ramas dentro de la magia negra. Nuestro padre nos enseñó bien.
Nott asintió complacido, no sin antes inmiscuirse en su mente.
-Ministro, no cree que es de mala educación ver mis memorias sin pedir permiso, creí que ya nos estábamos entendiendo –susurró con dulzura. –Bien pudo pedirlo, no me atrevería a negarme.
Con otro asentimiento este respondió: -Mi Lord estará complacido con eso... maneja muy bien la oclumancia y la legeremancia, además que siente cuando su mente es invadida, no muchos magos y brujas pueden asegurar algo así.
-¿Sabe en qué consiste la prueba? –La rubia negaba con la cabeza mientras esperaba atenta. –Tráiganlo...
El auror palideció al recibir la orden, él no lo admitiría, pero no le agradaba mucha de las tácticas empleadas por el Ministerio.
Una figura observaba oculta entre las sombras los acontecimientos de ese día. Cuando había decidido salir y buscar noticias no se esperaba algo igual. Casualmente, hoy se cumplían cinco años de la muerte del niño que vivió en manos, nada más y nada menos, de su madre. Para muchos había resultado el cambio de lo que hoy es el mundo mágico. Esclavitud y muerte, no solo para muggles o sangres sucias, también para magos que no estaban de acuerdo con sus ideales. En la actualidad, más de la mitad de la población de Gran Bretaña estaba en contra, pero vivían temerosos de saberse cazados y destruidos como la suerte de muchas familias de linaje puro que se habían revelado.
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Fantasía de una realidad perdida
Fiksi PenggemarFantasía de una realidad perdida ¿Qué hacer cuando la oscuridad se cierne sobre ti? ¿Qué harías para mantener a tus seres queridos con vida? En un mundo donde magos y muggles han caído bajo las manos del Señor Oscuro, se verán reducidos al eslabó...