Yo, creo en el destino

Preparándonos para un nuevo día

Eran las 7 de las mañana de un 10 de mayo. Como de costumbre, mi hermano Marcos, se tira encima mía dándome besos por la cara y diciéndome que baje a desayunar. Si, somos como una piña. Nos adoramos. Le digo que baje y que le diga a nuestro hermano mayor, Dani, que vaya preparando el desayuno. Voy lentamente hacia el armario y me decido por unos vaqueros negros un tanto ajustados y uno de mis chalecos preferidos(foto en multimedia). De zapatos, no me complico. Unas vans. Voy al baño, y me miro en el espejo, echándome unos polvos compactos, un pintalabios rojizo y un poco de rímel. Veo, que todos los libros están desperdigados por el escritorio, así que opto, por recogerlos y bajar a desayunar un poco más tarde. ¡Todo ordenado!. Baje lo más rápido que puede, dando varias zancada por las escaleras, y llegando casi rondando a la planta baja. Desayuno un bol con cereales, y me lavo los dientes.

D: Gordaaaa

 S: Dime feo, ¿Qué quieres?

 D: Llévate a Marcos al colegio, antes de irte al instituto, que hoy empiezo las clases una hora antes, papá y mamá no están, y a ti te pilla de camino. 

 S: Vale, pero salimos en 15 min, que van a pasar a recogernos Laura y Sofía (Mis amigas)

 M: Vale, pues viste rápido a Marcos y os vais. Yo me voy ya. Adiosssss 

 S: Vale, ya voy. Adiósssss, te quiero, ten un buen día.

Grité varias veces a mi hermano pequeño Marcos que subiese a su cuarto, y lo hizo. Le cogí unos vaqueros azules y una camiseta que ponía mickey mouse en el centro, y le coloqué unos botines. Nos lavamos los dientes, cogimos las mochilas, y bajamos al portal esperando a mis amigas.