Yo, creo en el destino

Inolvidable

Decidí hacer como si nada hubiese pasado, y me monté en mi bicicleta, yendo con mis amigas rumbo al instituto.

Espera, un momento... me decía mi cabeza una y otra vez. ¿Por qué, no paras de pensar en aquel chico del colegio? Vale no, olvídate de él. Tú no crees en el amor a primera vista, ni en el destino.

Estuve todo el día desconcentrada en las clases, pensando en aquellos ojos verdes que se clavaron en mi mirada, al tropezarnos. En aquel pelo castaño, y revuelto, como si se acabase de levantar. En aquella preciosa sonrisa... Intenté atender en clases, sobre todo en matemáticas, porque aunque saque buenas notas, para eso primero me tengo que enterar allí, si no hay modo después de hacerme entender nada. Nuestra profesora, Maite, me notó un tanto distraída, cosa que no era normal en mí, por lo que decidió hablar conmigo al final de la clase, para haber si había algo, por lo que estaba preocupada.

Estuve todo el día distraída y finalmente mis amigas ma preguntaron:

-Sf: ¿Ey, te pasa algo?

-Yo: No, simplemente estoy un poco cansada. No he dormido muy bien que digamos .Pero estoy bien, estaros tranquilas.

-L: Oye, ¿Quedamos esta tarde?

-Sf: Vale, si queréis a las 5 en mi casa, para hacer los deberes y damos una vuelta, o vamos al cine o lo que queramos después.

Finalmente, quedamos a las 5 pm en la casa de Sofía.

Ya eran las dos y media. Salimos de clase, y nos fuimos cada una por su camino a nuestra casa. Pensé en todo lo ocurrido aquel día. Nunca me había enamorado a primera vista, y no creo que esta vez fuese a ser la primera. Una vez me enamore de uno, pero resultó ser uno de esos típicos creídos, que va como si no supiese nada pero lo sabe todo. El típico guay del curso, que tiene a todas locas. Y sí, salimos como cuatro meses, pero después cortamos, porque yo no le veía futuro a nuestra relación.

Camino a mi casa pensaba si me lo reencontraría, si todos los días que llevase a Marcos me reencontraría con aquellos ojazos, o que si al final, llegaríamos a conocernos. Cuando me dijo lo de: "Ojala chocarme con chicas tan preciosas como tú", sentí como si mariposas en mi estómago quisiesen salir.

Eran las tres,...