El amor es la cura

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Disculpen si hay algún error ortográfico, no lo releí 

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Dos horas y medias exactas de viaje en ferrocarril y ya Ji Yong había llegado a Busan, mucho más rápido que ir en auto. Era la primera vez que él estaba allí por lo que no sabía a dónde ir, así que le pidió ayuda a un empleado de la estación el cual le indicó que había un motel económico cerca y le mostró que autobús tomar y en que parada bajarse. Ji Yong siguió todo como el hombre le dijo y después de dos estaciones, se bajó en la indicada y no se le fue difícil encontrar el motel. Por fuera se veía mal, esperaba que por dentro fuese diferente. Lo era, por lo menos la habitación lucía decente para dormir por una noche.

El grifo del lavamanos goteaba; por más que tenía la ventana cerrada, la corriente de aire entraba por algún lado, la calefacción no funcionaba bien y llegó a escuchar ligeros pasos en el techo, sólo rezaba que no fuese algún roedor. Ji Yong no podía dormir con todos esos ruidos y a hora pensaba que le habían cobrado mucho la estadía aunque realmente fue económico. Se puso sus audífonos y encendió la música para así olvidarse de los sonidos del entorno y poder conciliar el sueño. Tenía que soportar esa noche, por Seung Hyun, al cual al día siguiente buscaría y en cuanto amaneció, el pelirrojo dejó ese mugroso motel y se dirigió a la dirección en donde se encontraba el hospital mental. Por supuesto estaba más que desorientado, no tenía idea donde quedaban las calles pero gracias a gente en la calle que lo ayudó, pudo dar con él.

-Sigues dos cuadras y luego cruzas a la izquierda, al final de esa calle está el hospital – le señaló un transeúnte.

-Muchas gracias.

Tal cual como le dijo ese hombre, el hospital se encontraba al final de la calle que le indicó. Era un edificio pequeño, como de unos cuatro pisos apenas y estaba rodeado por un patio que a su vez era cerrado por un muro de concreto. Se dio paso por la reja principal al anunciarse con el vigilante y al entrar pudo ver a los pacientes acompañados por enfermeros, algunos no haciendo nada, otros conversando quien sabe de qué locuras y otros haciendo alguna actividad, como leyendo o armando un rompecabezas.

-Buenos días ¿Lo puedo ayudar en algo? –le preguntó a Ji Yong una enfermera que se le acercó.

-Eh, sí, busco a Choi Seung Hyun, llegó ayer.

-Oh sí, el que se había escapado. Acompáñame – la mujer lo guió hasta el interior y llamó a otra enfermera la cual se la presentó como la encargada de Seung Hyun. Una mujer alta como de unos cuarenta años, lucía fuerte y tenía que serlo si tenía que lidiar con un paciente como el castaño.

-¿Vienes buscando a Seung Hyun? ¿Eres un familiar? Porque nunca había venido nadie a visitarlo.

-No, yo soy su amigo y quiero verlo, necesito hacerlo.

-¿De por casualidad eres Ji Yong?

Ji Yong asintió sorprendido ¿Cómo lo conocía?

-Después de despertarse cuando llegó, comenzó a llamar a un tal Ji Yong, tuvimos que darle medicina para que se tranquilizara porque amenazaba con salir corriendo y escaparse de nuevo.

-¿Puedo ir a verlo?

-Él ahora está durmiendo pero sí, puedes verlo, después de todo si te llamó de esa forma quiere decir que eres importante para él. Muy extraño – comenzó a avanzar hacia las escaleras que subían.

-¿Por qué es extraño?

-Tengo entendido que los pacientes con su condición no sienten afecto por nadie, ni siquiera por su familia y parece que lo siente por ti y eso es raro.

Living with the deadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora